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lunes, 12 de diciembre de 2016

Nicolás Ledesma

Cuando tenía once años, debutó en una confitería de su pueblo pampeano, en la orquesta de Erberto Benuzzi, que le cedió su puesto en el piano. Y el resultado no pudo ser peor, "repetí mil veces un pasaje, hasta que, por fin, pude engancharme con la orquesta en la melodía. Pero aquella Cumparsita duró 32 minutos por mi culpa". Ahora se ríe, porque su camino se ha pavimentado y es uno de los puntales del tango actual, Aunque aquella tarde-noche, sufrió de lo lindo.

Pero, el muchachito que se largó de su General Pico, segunda ciudad de La Pampa, a 570 kilómetros de la capital,a los 18 años y se alojó en una pensión porteña, con habitación compartida y baño afuera, hoy es unánimente reconocido en el ambiente. Ha sido Premio Clarín revelación en 2001; Ganador del premio Grammy Latino en tango (2005),  nominado a los Premios Gardel 2016, en reconocimiento a su último disco: Cuando llora la milonga.

                                          

Ser pianista de la orquesta de Leopoldo Federico durante 22 años, nada menos, marca. ¡Vaya si marca! Pero tardó en ingresar a la orquesta. Tenía 15 añitos cuando fue con su padre a escuchar a la orquesta de Federico en El Viejo Almacén. En un momento dado se cruzarían con el director, fuera del escenario y el viejo de Nico le dijo a Leopoldo que su hijo tocaba muy bien el piano. Justo, éste,  estaba buscando un músico para ese puesto y le dijo que lo trajera al día siguiente para probarlo. Pero el chico no se animó y preferió esperar y estudiar más. Cuando ya tocaba fijo, en el Sexteto Sur, Federico lo escuchó, se entusiasmó y le ofreció el puesto. Fue cuando el dueño del local en que actuaban le dijo que si se iba, disolvería el grupo. Y prefirió ser fiel a sus compañeros.

Por fin en 1992, Ledesma se entera que Federico buscaba un pianista, lo llamó y arreglaron en seguida. Y no sólo sería su pianista, sino incluso su arreglador. Pero además, este piquense sabe que pertenece a una estructura heredada y la respeta a muerte. Incluso remeda a Roberto Firpo  en esa manera de tocar limpiando, pasando el plumero.  El tango es algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Por eso asegura que Piazzolla no quería renovar el tango, simplemente como era su personalidad le salió éso que sonaba tan distinto al tango original.

                                               
Nicolásd Ledesma y los integrantes de su orquesta

Este hombre discreto, admirado por muchos, es docente del Conservatorio Manuel de Falla en Tango y Folklore. Dirige la Orquesta Juan de Dios Filiberto, toca , graba y viaja con su orquesta, formó en el Trío de Julio Pane, en el quinteto de Fernando Suárez Paz y, entre sus muchas intervenciones en registros fonográficos, estuvo en la "Gran Orquesta TangoVía de Buenos Aires", en  "El Café de los Maestros", Junto al vibrafonista Gary Burton, integrando la "Selección Nacional del Tango". Incluso tocó en la Filarmónica de la Ciudad de Buenos Aires bajo la dirección de Daniel Barenboim y con la Camerata Bariloche.

Su padre era conductor ferroviario y tocaba el bandoneón. Le había comprado un piano a su hermana y ése fue su gran estímulo. Incluso tocaba acompañando a su padre en algunos boliches del pago. Cuando a los 11 años ya estaba en la orquesta de Benuzzi sintió que el tango lo llevaba en el alma y no lo dejaría nunca. Todos las orquestas provinciales imitaban a D'Arienzo y Benuzzi quiso hacer otra cosa distinta, una mezcla de Troilo, Pugliese, Di Sarli,  que le despertó aún más la pasión y resolvió insistir en su belleza  e intensidad.

Nicolás Ledesma, al piano, tocando en el conjunto de Leopoldo Federico

Dos veces le pidió a Horacio Salgán que lo tomara como alumno, empujado por su padre que era hincha del gran maestro. Pero éste no se dió por enterado. Por fin, a la tercera, accedió a darle clases y estaría con Salgán dos años muy fértiles. También estudió con otros maestros y de todo ese caldo de cultivo llegaría el éxito que explotó cuando entró en la orquesta de Federico.
-Nunca me dijo, "tocá así o de esta otra manera". Me dió libertad y eso me sirvió para liberarme

Ahora, con su orquesta, sobrevuela los climas y las épocas, reconociendo que "el tango estuvo un poco escondido durante largo tiempo, pero ha vuelto y con mucho fervor en todo el mundo", según afirma. .

                               



 Porque es algo que vive y permanece bajo el eterno cambio, manteniéndonos al borde las emociones todo el tiempo, el tango necesitaba a este creador, Nicolás Tato Ledesma, que con su humildad pampeana, como su comprovinciano Julián Plaza, ha sabido ganarse el corazón de los porteños -é anche piú-  con sus interpretaciones y arreglos. Casado con la cantante que brilla en su orquesta, Mariana Viviana Pisoni, y ya afirmado en la venta de discos y presentaciones, completa el resto de sus músicos con Kike Guerra, César Rago, Horacio Romo, Pablo Agri, Luciano Falcón, Mario Osvaldo Fiocca y Santiago Polimeni.

Los invito a escuchar a Nico Ledesma con su orquesta en este tema que firman el propio Ledesma y Leopoldo Federico. Sueño de tango. Un hallazgo.

                                      

Y con su cuarteto, Nicolás toca, acompañando a María Viviana, este hermoso tango de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo: Patio mío.

                                         

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