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miércoles, 3 de febrero de 2016

Tango Argentino

Habrá que recordar perennemente a esta Compañía y a esta idea teatral que relanzó el tango en Argentina y lo consagró en el mundo. Porque en los años que se fundó Tango Argentino, una idea maravillosa, pero audaz en ese momento, la danza del tango había desaparecido de los clubes de barrio y confiterías céntricas, barrido por otros géneros como el rock o el pop y también porque tanto los sucesivos gobiernos y dictaduras, como grabadoras y prensa en general, le habían dado la espalda. Por eso es muy de agradecer la luminosa ocurrencia que tuvo Claudio Segovia, su mentor.

Este hombre debió recurrir a un fogoso argumentario para convencer a bailarines, cantantes y músicos de que el tango podía revivir, nada menos que en París y para ello debía armar una gran compañía. Hay que tener en cuenta que el tango en los años 80, sólo existía para ser escuchado en algunos lugares céntricos, o en cantinas. Caño 14 fue la gran atracción de esos años pero sus dimensiones sólo albergaban a los irreductibles tangueros de siempre, o algún turista que se animaba a penetrar en ese recinto, alejado de los circuitos de visita, porque había ido languideciendo especialmente para los bailarines, aunque todavía brillara la pareja Juan Carlos Copes-María Nieves.

                                         




Y este hombre convenció nada menos que a 33 artistas del tango -en todas sus ramas- para presentarse en una función en el teatro Chatelet de París. Buscó para ello a los sobrevivientes de la época dorada que aún seguían en la brecha. La leyenda de Troilo se había ido en 1975, y Piazzolla, invitado por Segovia, se negó y sólo quiso participar con su obra. Fué así como se fueron enganchando al proyecto, el dúo Salgán-De Lío, el Sexteto Mayor, Roberto Goyeneche, Jovita Luna, Raúl Lavié, Elba Berón y Alba Solís. Segovia buscó a los sobrevivientes más notables del tango y también contaría con Jorge Luz para hacer un monólogo cómico basado en el género popular. "Busqué a la gente que fuese más auténtica dentro del tango y no me equivoqué en absoluto", decía luego Segovia, cuando saboreaba las mieles del éxito en la capital francesa.

Copes y María Nieves, Mayoral-Elsa María, Virulazo y Elvira, María y Carlos Rivarola y Mónica y Luciano Frías fueron los bailarines encargados de revivir la magia de la danza tanguera que había quedado diluída en los tiempos y Cecilia Narova, vedette con formación clásica en el baile clásico, realizó su show particular. Los ensayos fueron arduos y siempre con un halo de duda pendiente sobre la realidad del viaje, con tamaña delegación artística de un tango ensombrecido por las circunstancias, y de un productor con dinero, que a último momento abandonó el proyecto,.

                                       
Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, los fundadores


                                    

El director de teatro y ópera Jorge Lavelli, argentino residente y triunfador en París, le consiguió a Segovia la posiblidad de una fecha en el Chatelet y el entusiasmo creció ante la vista de algo sólido, que en Buenos Aires sonaba a fantasía, entonces. Héctor Orezzoli, productor del espectáculo, trabajó codo a codo con Segovia y además, fue el encargado del vestuario.

Por fin llegó el día soñado y la delegación se embarcó... en un avión militar por falta de fondos para los pasajes.

-Viajamos en un avión de LADE -recordaba Copes-, parando en un montón de aeropuertos militares. Tardamos 36 horas en llegar a París. Sin azafatas, con una sola comida y la gentil atención de...oficiales del ejército. En la parte delantera del avión viajaba un objeto inquietante: un misil Exocet que había fallado en la guerra de Malvinas y que iban a reparar en Francia. Atrás, amontonada en el fondo del avión, iban la compañía y el vestuario del show.

                                       
Las parejas de bailarines de Tango Argentino con las nuevas incorporaciones


La historia dirá que el 13 de noviembre de 1983, debutó en el Chatelet una compañía íntegramente argentina, que llevaba el tango a los escenarios parisienses, justo en medio de una gran nevada. El Teatro tenía 3000 localidades y hasta el día del estreno se había vendido apenas 250 entradas... El pánico cundía entre los productores y el elenco, cuando asombrosamente el Chatelet se llenó totalmente. Pensaron que el milagro se debía a los argentinos residentes en Francia pero los siguientes días, la afluencia fue tremenda. La gente hacía colas para entrar, había empujones, la crítica se deshacía en elogios,  fue un éxito tremendo. El tango había clavado su pica en Francia.

Pero, de vuelta en Buenos Aires, descubrieron que nuevamente el tango era ignorado, incluso por los críticos. Ni una sola nota en prensa, nadie se enteró en el país del tango, de que el género había revivido...otra vez en París. Y fue sólo el prolegómeno. Vendrían luego giras por Italia, Estados Unidos, ¡Broadway!. Había cambiado parte del elenco, se habían incorporado nuevos bailarines y cantantes pero el éxito siguió manteniéndose en forma impresionante. Sobre todo en Nueva York donde las críticas fueron maravillosas, asombrosas. Y grandes artistas se ubicaron en la platea para verlos y aplaudirlos.

                                   
La princesa Diana saluda a los integrantes de Tango Argentino



Fue el nuevo aldabonazo que necesitaba el tango. Un nuevo punto de partida. Volvieron las milongas en Buenos Aires. Los más veteranos guiaron a los jóvenes que se incorporaban a las filas del tango, renacieron clubes y confiterías y surgirían nuevas compañías artísticas que pasearían el tango por el mundo. La danza caló hondo en numerosos países y crearon afición. Llegaban en los noventa  a Buenos Aires turistas ávidos por aprender a bailarlo "a la argentina", y sigue creciendo con fuerza inusitada. Se crean orquestas típicas en muchos países y surgen bailarines de muy buen estilo en todas partes.

Todo eso le debe el tango a aquella compañía que plantó su bandera en París y Nueva York: Tango argentino, y a su alma mater: Claudio Segovia.

Tres años más tarde de aquella patriada parisina, en Broadway. el Sexteto Mayor, reforzado,  interpreta La cumparsita y Miguel Ángel Zotto y Milena Plebs lo bailan al estilo de Rodolfo Valentino.


                                              





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