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sábado, 28 de noviembre de 2015

Yo soy el tango

Este tango de Domingo Federico y Homero Expósito, bucea en aquellos tiempos iniciáticos, y bate de arranque:
Soy / el tango milongón / nacido en los suburbios / malevos y turbios...

Todos los mitos construídos en torno a la parte fundacional de la música porteña, inciden en las riñas, los cuchillos, los chumbazos, guapos y paicas, y le dan este tono infatuado al tango, que le viene bien para sentar baza entre tanto ritmo superfluo de quita y pon.


                                            

En estos momentos, en que se ha instalado para quedarse, en todo el orbe, los milongueros de siempre  tratamos de respetar la heráldica del tango y proteger su verdadera personalidad, que ya no es precisamente la de la leyenda bravía.Y así lo hacemos en BIEN MILONGA, la que realizamos todos los sábados y martes a partir de las 21 horas, en la Casa de Aragón de Madrid, sita en la Plaza República Argentina nº 6. de Madrid. Homero Expósito lo subraya más adelante.

 Hoy,
 que estoy en el salón,
me saben amansado,                                                               
dulzón y cansado
Pa'que creer,
pa'que mentir,
que estoy cambiado
si soy el mismo de ayer.

Escuchen mi compás:
¿No ven que soy gotán?

Sí, y así es cómo ha conquistado a tantos bailarines en el mundo entero. Nosotros damos clases auténticamente milongueras y tenemos buenos milongas de ambos sexos en nuestro reluciente reducto. Pero los invito a echar el vistazo sabatino por otros pagos lejanos, así campaneamos la salud del tango actual por tantas pistas de por ahí, ¿viste?

La brújula milonguera me lleva al Villa Malcolm de mi juventud temprana, donde mi amiga madrileña, Pepa Palazón, ha instalado su rancho para delicia de los milongueros. (¿Te acordás Pepa cuando te predije que no volverías, el día que te piraste para allá?). En este club la gran María Nieves de la leyenda, baila con Pancho Martínez Puey, el tango Jamás retornarás. por la orquesta de Miguel Caló, cantando Raúl Berón.

                                      


Me tomo el bondi aéreo y aterrizo en Moscú. El avión, por suerte, no se cayó, y allí veo bailar a la pareja Rodrigo Fonti-Majo Martirena. Se lucen con el tango Como se pianta la vida, por Enrique Rodríguez cantando  Armando Moreno, el Muñeco.


                                     

                                       
Y el fixture de hoy me manda a Duna Palota (Budapest-Hungría). Allí están Pablo Rodríguez y Corina Herrera  que se engrampan con La milonga de Buenos Aires, por la orquesta húngara, Tango Harmony.

                                   



Y yo, a casa que llueve y esta noche tengo que milonguear groso. Salute!                                    

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