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jueves, 29 de octubre de 2015

Piazzolla: La época romántica

En el año 1965 comienza la relación de Átor Piazzolla con los directivos del sello Polydor y dejaría grabados con ellos dos elepés y un EP. el primero es el Concierto en el Philarmonic Hall de New York con su quinteto. A continuación con Orquesta y Quinteto dejará en el disco: El Tango. Jorge Luis Borges-Ástor Piazzolla (canta Edmundo Rivero y recita Luis Medina Castro). Y con el Quinteto deja grabados cuatro temas suyos.

En el mismo sello, dos años más tarde,  Piazzolla comienza un proyecto nuevo con el título de: La historia del Tango. Su idea era registrar la misma separándolas en tres etapas. Las sagas se dividirían en décadas del tango, revisitadas musicalmente. Primero la Guardia vieja, luego la Época romántica, y finalmente la Renovadora, su época.

                           



Esta última quedó en aguas de borrajas, por distintos motivos, entre otros por la escasa repercusión en ventas de los dos elepés iniciales. Fue una pena, porque la cosa pintaba linda. En el primer disco, Piazzolla, que hizo los arreglos correspondientes, escogió temas de gran pegada como La cumparsita, La cachila, Sentimiento gaucho, Quejas de bandoneón y 8 tangos más, musicalmente aggiornados a su manera y con excelentes músicos enrolados en la orquesta.

En aquellos años, Piazzolla admiraba a Maderna, a Maffia, Artola, Laurenz y a Aníbal Troilo. Incluso comentaría públicamente sus sentimientos con mucha sinceridad:

-Yo aprendí de aquel Troilo la esencia pura de sentir para tocar el tango. Luego se convertiría en mito y prefirió eso a la evolución. Pero no sólo de Pichuco aprendí, también de Osvaldo Pugliese, de Orlando Goñi, de Alfredo Gobbi. Para mí, Gobbi fue mucho más importante que Troilo; aprendí muchísimo de él, Argentino Galván también era importante en esa época, aunque como buen intuitivo, se repitiera un poco.  Y de Horacio (Horacio Salgán), un hombre que ha estudiado mucho, y eso se nota en su manera de instrumentar, de tocar el piano, también aprendí. Él, más que un sonido de tanguero hace un sonido de pianista.

Ya sabemos que con los años, con sus conjuntos diversos, sus viajes por varios países y los estudios constantes, fue mirando hacia atrás con cierta rémora y cambiando de opinión, aunque eso no fuera privativo suyo, dado que los años nos van dando a los humanos nuevas perspectivas.

De la época romántica, extrajo temas tan valiosos como Taconeando de Maffia; Griseta de Delfino,; Los mareados, de Cobiám; Loca bohemia de Francisco De Caro; Recuerdo, de Osvaldo Pugliese; Boedo, de Julio De Caro, En las sombras de Joaquín Mora, La revancha de Pedro Laurenz, Pampero de Fresedo y Noche de amor, de Fernando Franco.




El Quinteto que grabó aquellos temas, estaba integrado por Osvaldo Manzi al piano, Antonio Agri en violín, Oscar López Ruiz en guitarra, José Bragato en cello y Piazolla en bandoneón, arreglos y dirección. Pero además se agregaron 12 violines, 4 violas, 4 cellos, vibráfono, campanelli, xilofón y voz soprano. En ese momento al director le gustó mucho el resultado pero años más tarde estaba menos satisfecho. Lógico, era un inconformista irredento.

Creo que vale la pena volver a escuchar un par de temas del segundo elepé.

Podríamos empezar por Boedo, el tango de Julio de Caro, donde en los solos de violín se lucen Enrique Mario Francini, Hugo Baralis y Antonio Agri. Y seguirla con Recuerdo, ese tango inmortal de Don Osvaldo Pugliese, en el que hay un solo de cello de José Bragato.

06- Ástor Piazzolla - Boedo

05- Ástor Piazzolla - Recuerdo

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