Translate

sábado, 31 de mayo de 2014

Horacio Godoy: Dj.organizador-bailarín

Hoy he decidido subir al Blog esta nota que le hicieron a todo un hombre de tango como es Horacio Godoy. Reúne varias facetas que lo distinguen y su ejemplo puede servirle a mucha gente que quiere aprender a bailar bien el tango o a pasar música. El reportaje lo escribió Muriel Rébori y lo publicó la Revista: La Milonga argentina. Además me placer ver bailar a Godoy con mi amiga Cecilia Berra que pasó un tiempo viviendo y milongueando en Madrid. Siempre tuvo unas condiciones notables para bailar tango y lo hacía y lo hace de forma natural, sin esfuerzo.

Horacio Godoy: "Artista es aquel que logra transmitir diferentes emociones"

Comenzó como DJ, y en Michelángelo “lloraba todas las noches” escuchándolo a Roberto Goyeneche. Defiende la evolución del tango, pero “primero hay que cultivar la raíz”. De sus grandes maestros dice: “Tenías que aprender viéndolos. Uno preguntaba: ¿Pero, cómo? y te respondían: “miralo, pibe”. Hincha confeso de D’Arienzo, reconoce su admiración por Troilo, y cuenta que en Europa lo asocian a las milongas “rabiosas” de Hugo Díaz.

Artista de pura cepa, no se toma pausas a la hora de buscar nuevos rumbos. Sabe nadar muchos mares y cruzar fronteras, sin perderse y evolucionando en forma admirable. Horacio Godoy, o “el Pebete” como le dicen popularmente, sobresale en todo lo que se propone: como bailarín, docente, productor, y musicalizador de “La Viruta”, la milonga que junto a Luis Solanas y Cecilia Troncoso, organiza desde hace 15 años.
Además, es papá de Carmela y Catalina, y esposo de Mercedes D’Orta, periodista e instructora de yoga, a quien conoció en la milonga del subsuelo del club Armenio. Y hermano de Mora Godoy, e hijo de la periodista Blanca Rébori.
Godoy cultivó su propio estilo para bailar, y cuando lo hace el público a través de su cuerpo va escuchando la música. En lo que va del año, ya dejó su huella por Europa, Estados Unidos, México y Ecuador. Y lo esperan nuevas giras para los meses venideros…
En esta entrevista, abordó todos los temas de su versátil trabajo y la actualidad tanguera:
- ¿Te gusta participar de los festivales internacionales?
- Era algo que tenía pendiente. En un comienzo no pude porque estaba en “Tanguera” y después me dediqué a la familia, pero ahora llegó el momento de meterme un poco en el mercado y la verdad lo disfruto porque quería vivenciar qué era eso de estar en Europa.

- ¿Cómo empezaste a bailar tango?
- Comencé como DJ en 1991, en Michelángelo, y luego arranqué a tomar clases en la escuela de Miguel Ángel Zotto. Mis grandes referentes han sido Miguel Ángel, Julio Balmaceda padre, Graciela González, y a los milongueros de Urquiza les debo todo: Al Chino Perico, Carlitos Moyano, el Turco José, Gavito, que si bien no era de Urquiza, también me enseñó mucho, y por supuesto, a Pepito Avellaneda. Por suerte, llegué a agarrar el último eslabón de la cadena, y eso fue lo que me dio el sello. Ahí tenías que aprender viéndolos. Uno preguntaba: ¿Pero, cómo? y te respondían: “miralo, pibe”.
- ¿Y después llegó La Viruta?
- Antes hicimos con Juan Fabbri la milonga de Almagro, los martes, y después, sí, nos asociamos con Luis y Cecilia para organizar La Viruta, hace más de 15 años ya.
- ¿Crees que hay verdaderos artistas en el tango?
- Muchas veces se confunde el artista con el género. No todos los bailarines y músicos son artistas, muy pocos llegan a esa línea. Ojalá yo llegue algún día porque es muy difícil. Mi primer encuentro con el arte fue con el Polaco Goyeneche. Yo trabajaba en Michelángelo y todas las noches me hacía llorar. Trataba de mentalizarme de que esa vez no lo iba hacer y no podía. Toda la sala lloraba. El no era un cantante, era un artista. El logró cruzar ese límite que muy pocos pueden hacer. Lo mismo pasa con los bailarines. Artista es el que logra transmitir distintas emociones, como llorar, calentarse, enojarse y todas las que se te ocurran. Es el que consigue que la emoción se apode del público.

Bailando con Cecilia Berra
                                                  - ¿Qué opinás de lo que dijo Gustavo Naveira en nuestra edición anterior respecto de la evolución del tango?
H: Creo que siempre tiene que haber un desarrollo evolutivo de cualquier arte, porque la sociedad va cambiando. Primero uno tiene que cultivar la raíz para después poder darle su propio criterio de evolución, que es lo que a veces no pasa porque arrancan directamente con lo que es tango nuevo. Por eso, muchas veces la gente no sabe lo que es un tango milonguero, o de salón, o canyengue, como tampoco tienen idea si está sonando D‘Agostino, Pugliese o D’Arienzo. Se pierde la esencia si uno no tiene la base, y después se ve algo hueco, vacío, mas allá del desarrollo que quieran hacer.
- ¿Cuántos estilos de tango hay?
- El Milonguero y el de salón, es un Boca-River. Después, el tango se divide en los bailarines de festivales, en los de milonga, en los de casas de tango y en los de tango escenario.

Tango de “poros abiertos”
Como dis-jockey, “El Pebete” colecciona en su computadora “12 mil grabaciones de tango”, y admite que para poder escucharlas “necesitaría muchos años, así que lo hago cuando puedo”. Cuando se le pregunta cuál es su orquesta favorita, responde enseguida con una sonrisa: “¡Yo soy hincha de Juan D’Arienzo! Pero la mejor orquesta, el que me parece que entendió la esencia del tango fue Aníbal Troilo. Por robo”.  Una “travesura” artística muy recordada fue su experiencia de “director de la Orquesta Color Tango”, y así lo recuerda: “Estábamos con Roberto Álvarez sentados en La Viruta y él me cuenta que sabe que yo soy hincha de D’Arienzo y no de Pugliese, a lo que yo le respondo que Pugliese me gusta, pero mi corazón esta en D’Arienzo, entonces Roberto me dice que van a tocar “Este es el rey” para mi. Y ahí fue que me desafió a que yo los dirigiera porque le dije que no hacían bien las pausas. ¡Salimos y salió increíble!”.
- ¿Qué significa La Viruta para vos?
- Más allá de que sea un slogan, es el semillero del tango. Realmente, cumple con ese rol y cumplimos con un formato de milonga que, sin perder la esencia, mutó. Porque no es una práctica, ni es una milonga tradicional. Logró tomar carácter propio a lo largo del tiempo y es un punto de encuentro para muchos de los bailarines cuando vuelven de las giras. El trabajo que hacemos con Cecilia y Luis es muy fino, muchas veces nos sentamos a pensar hacia dónde queremos que vaya el barco… Hay que estar 15 años en un lugar que abre de miércoles a domingos.


- ¿Cómo ves el circuito de milongas hoy?
- En las milongas porteñas se generó, como nunca en la historia, un clima de camaradería increíble. La relación con Omar Viola, con los chicos de Práctica X,  de Malcom, de Gricel, de Sunderland es realmente excelente. Entendimos que con las milongas cumplimos un rol cultural recreativo.
- ¿En La Viruta es difícil aprender a bailar? 
- El objetivo de La Viruta es que la gente baile de manera social y muchas veces no es bailar estilísticamente bien. Ahora, si la persona se quiere perfeccionar sabe qué días puede venir porque hay maestros que enseñan niveles avanzados con criterio y buen desarrollo pedagógico. La principal meta nuestra es que las personas que nunca bailaron en su vida se animen hacerlo y se incorporen a este mundo que tiene algunos códigos de convivencia. El poder de retención que tiene La Viruta, de alumnos intermedios y principiantes, es muy alto a comparación de otras escuelas.

 - ¿Cómo elegís los tangos para una exhibición?
- Ahora estoy bailando algunas milongas más rabiosas de Hugo Díaz, o hago algo antes del ‘35 o después del ‘50, no bailo mucho tango tradicional del 40. Esta es una decisión porque me gusta bailar desde un lugar más visceral que no estaba del todo cubierto y que funciona bien. Hace unos meses, en Turquía bailamos cuatro tangos muy viscerales con mi compañera, Cecilia Berra. Evidentemente, estoy asociado en Europa y los Estados Unidos a un tango “de poros abiertos”.
- ¿Alguna vez soñaste con todo esto?
- Siempre me puse objetivos e intenté cumplirlos y hasta que no los lograba no paraba. A mi me costó muchísimo, yo era un patadura. A los 20 años era una silla bailando, no como los pibes de ahora que vuelan. La tuve que pelear, los primeros años tomaba clases todos los días y bailaba mínimo 8 horas, de lunes a lunes.  

“Es muy difícil conseguir pareja de baile”
Desde hace seis meses, Horacio baila con Cecilia Berra, aunque también hace algunos trabajos puntuales con Alejandra Mantiñan y con Marcela Durán en “Forever Tango”. Anteriormente, bailó con Cecilia García. “Lo que encontramos con Cecilia García, mi anterior compañera, fue muy productivo. Cecilia tiene mucha presencia. Y con “Ceci” Berra estamos hace poco tiempo y lo estamos trabajando”, describe.
- ¿Qué tiene que tener una bailarina para bailar con vos?
- Hoy, lo que yo necesito para bailar es que tenga un mix de lo tradicional y lo nuevo. Es muy difícil conseguir pareja de baile tanto para la mujer como para el hombre.
- ¿Por qué?
- Principalmente por el lado humano, porque uno convive mucho en las giras con la pareja, y también le tiene que gustar a mi mujer porque yo me voy a ir con esa persona, y ya tenemos dos cosas “extra baile”. Después, está el tema de la danza en donde uno tiene que coordinar energías, dinámicas, estilos y sobre todo gustos. Ahí esta el verdadero crecimiento de la pareja, en las diferencias.

- ¿Quién es “la Maradona” del tango?
- En el escenario es Mora Godoy, y por robo. Lo que hizo ella como bailarina, empresaria, coreógrafa y con su escuela no lo ha hecho ninguna bailarin

- ¿Bailás lo mismo en un festival que en un escenario?
- Muchas veces si, pero lo que no se comparte son los niveles de energía. Por ejemplo, en un festival de Portugal cambiamos todo a último momento porque el público era muy milonguero y nosotros habíamos preparado un show “muy arriba”. Era un salón señorial, pequeño y con luces blancas. Fue la primera vez en mi vida que abrí una exhibición con Troilo-Fiorentino, y una milonga de Donato. En cambio, en el escenario uno juega con las luces, los frentes y otras cosas más, entonces podés hacer un tema como los del Polaco Goyeneche muy abajo o muy arriba como Hugo Díaz. Esa es la magia del escenario.
- También produjiste el CD de Esteban Morgado.
- Produje el CD de Morgado con el que ganamos el premio Carlos Gardel, estuvo nominado al Grammy y estamos en miras de producir un show. Además estoy haciendo un micro de tango en radio con Pablo de León, los lunes a las 20:30.
- ¿Qué consejo le darías al lector en relación a su vínculo con la milonga?
- Creo que en este mundo tan mentalizado y globalizado, hacer corporal algo es buenísimo. En los tiempos que corren, uno tiene que ser ganador, efectivo, y el arte es precisamente todo lo contrario. Cuanto más efectivo, menos artístico es. Por ejemplo, a veces, les explico a los chicos que para bailar a “El Tuerto” (N. de R.: Carlos Di Sarli),  tienen que salir a perdedor, porque si salen a ganador no van a entender su esencia

                 Muriel Rébori  Fotos: Alejandra Marín, Daniel C. Mora y gentileza H. Godoy

Y acá lo vemos bailando en un Festival en Italia en el año 2009, con la  genial Alejandra Mantiñán. Lo hacen con el tango Mano a mano por Hugo Díaz con su armónica y acompañamiento.

¡Difícil, eh!

                                                         

                                   

jueves, 29 de mayo de 2014

Las noches de Buenos Aires

Es imposible dejar de recordar las noches porteñas, esas horas en que los sueños quieren materializarse y la vida se ve y se vive de otra manera. No hubo ciudad en el mundo que tuviera la vida nocturna de la ciudad de Buenos Aires.

Héctor Marcó lo reflejaba en su hermoso tango: Esta noche de luna. Una declaración de amor en la que desliza estos versos incitantes:

La noche es azul, Convida a soñar,
ya el cielo ha encendido su faro mejor.
Si un beso te doy, pecado no ha de ser:
culpable es la noche que incita a querer.

Con la obsesión insalubre de los veinte años, me sentí atrapado por la magia de aquellas noches irrepetibles en que el tango habitaba los boliches, los cafés, las discusiones, las confiterías y cabarés. En aquellos periplos nocturnos de una ciudad y época irrecuperables, cimentado en los afanes, venturas y deseos, recorrí milongas, postas noctámbulas y el tango se afincó en mi oreja y mi cuore.

Eran unos tiempos en los que sonar en la radio garantizaba llegar a nutridas cantidades de público y se constituía en un impacto hoy sólo reservado, quizás, a una final futbolística de alto nivel. Así amasé una historia de formación y descubrimiento, con aquellas grandes orquestas y cantores que poblaban las noches de Buenos Aires en sus recintos íntimos.

Con el correr de los años y el descubrimiento de distintas ciudades de Europa y Estados Unidos, en los años sesenta, sentí más que nunca, que el mapa de la noche porteña era único. Como un dictum desde el cual la nocturnidad no se presenta como un tiempo sino como un espacio donde expandir la otra vida. La de la aventura incierta.

El tango lo refleja con rotundidad. La primera letra del género escrita por Pascual Contursi no habla del día sino de Mi noche triste. Como el tango de José María Contursi y Osmar Maderna: La noche que te fuiste. Porque la noche es el amor consumado, o el fin del romance,  las copas compartidas, la ilusión que nos lleva a la milonga, la belleza de las mujeres preparadas para la fiesta, el abordaje cognitivo de las emociones, el espesor de las apariencias que nos permiten ignorar lacras y miserias cirncundantes.

Incluso, Manolo Ferradás Campos en el tango al que le puso música José Tinelli: Será una noche, sólo imagina la vuelta del amor, en horas noctámbulas.

Yo sé que habrá una noche
feliz de mi existencia,
será la noche aquella
triunfal de mis amores,
cuando el cansancio de vivir
te haga volver,
yo sé que habrá una noche
en que vendrás a mí.


Y en ese valsecito que no nos cansamos de escuchar o bailar: Pedacito de cielo, Homero Expósito hasta metaforiza la noche y las cosas que con la luz del día cobran otro cuerpo. Otro espíritu. Y  necesita recurrir a la noche para pintar la felicidad del amor y la tristeza del final.

La casa tenía una reja
pintada con quejas y cantos de amor.
La noche llenaba de ojeras
la reja, la hiedra y el viejo balcón.

Recuerdo que entonces reías
si yo te leía mi verso mejor.
Y ahora, capricho del tiempo,
leyendo esos versos lloramos los dos.

Anoche estaba romántico, un amigo me mandó uno de esos modernos power point, donde aparecen imágenes nocturnas de Buenos Aires, un fondo del fueye de Rodolfo Mederos sobre Romance de barrio, el  valsecito deTroilo y Manzi; y unas palabras del escritor y poeta Abelardo Castillo, extractadas de un texto suyo titulado: Buenos Aires azul. Me gustó mucho, agudizó mi estado romántico y por primera vez decidí introducir uno de ellos en el Blog. Es corto, pero lindazo.

Lo titulan: Nocturno de barrio y lo pueden disfrutar a piaccere manejando el ratón o el enter.

Atenti.




.

miércoles, 28 de mayo de 2014

La primera orquesta de Pugliese

La etapa de formación inevitable la fue cumpliendo Osvaldo Pugliese en los palcos de cafés, como se estilaba y luego, a medida que avanzaba en sus conocimientos musicales, integrándose en conjuntos como el de Paquita Bernardo, aquella mujer bandoneonista; con Enrique Pollet ("El francesito"); y contratado por Pedro Maffia debutó en el Sexteto de éste en noviembre de 1926, que completaban Alfredo De Franco como segundo bandoneón, Elvino Vardaro, primer violín,  Cayetano Puglisi, segundo violín y Francisco  De Lorenzo en contrabajo.

Sexteto Vardaro-Pugliese

 El que ya era autor nada menos que del tango Recuerdo, formaría con Elvino Vardaro el recordado Sexteto que debuta en el año 1929, en el Café Nacional, de la calle Corrientes. No les fue nada bien en una gira que realizaron por provincia y se disolvieron. Pero al año siguiente ya habían conseguido rearmarlo con Pugliese al piano, Elvino Vardaro y Alfredo Gobbi en violines, Miguel Jurado (luego entraría Aníbal Troilo en su lugar) y Ciriaco Ortiz  en fueyes y Luis Pucherito Adesso en contrabajo. El debut fue en 1930 en el cine Metropol de la calle Lavalle, pero, por lo que fuera, la suerte no les acompañó.

Osvaldo Pugliese (arriba 2º por der.) en la orquesta de Laurenz
                                                       
En 1932 actúa en otro Sexteto, con Alfredo De Franco, Eladio Blanco, Elvino Vardaro, Carlos Campanone, Alfredo Corleto y la famosa (por el tango que le dedicó Homero Manzi), Malena Tortolero como cantante. En el interin, con Alfredo Gobbi y Aníbal Troilo cuando conseguían contrato en alguna sala o Café, formaban conjunto y a la cabeza del mismo figuraba el que había logrado el acuerdo respectivo con el sitio. Pedro Laurenz lo incluye en su orquesta que actúa en "Los 36 billares" de la Avenida de Mayo y su nombre ya tiene chapa ganadora en el ambiente.

Orquesta Pedro Maffia 1926. Pugliese está arriba.
                                          
Es en 1936, cuando Osvaldo Pugliese se larga como director con una orquesta de siete miembros: Alfredo Calabró, Juan Abelardo Fernández y Marcos Madrigal en bandoneones; Rolando Curzel y Juan Pedro Potenza (violines), Aniceto Rossi (contrabajo) y Pugliese al piano. Arrancaron en el Germinal de  Corrientes 942 y allí estrena uno de sus primeros tangos: Las marionetas. Vendría la disolución, el paso del muchacho de Villa Crespo por las orquesta de Elvino Vardaro y Eduardo Chon Pereyra, otro fugaz intento en 1938 con conjunto propio que toca en el Germinal y otra vez en la rueda de la espera, buscando cumplir su sueño.

La primera orqueta de Pugliese que debutó en el Café El Nacional

 Por fin el 11 de agosto de 1939, ahora sí, el Café El Nacional de Corrientes 1974, es el escenario del debut con su nueva orquesta, que según cuenta su hija Beba, es la que siempre añoró. La conforman Enrique Alessio, Osvaldo Ruggiero y Luis Bonnat en bandoneones y en ese orden jerárquico; Enrique Camerano, Julio Carrasco y Jaime Tursky en los violines; Aniceto Rossi al contrabajo, Pugliese al piano y Amadeo Mandarino como cantor. Y Beba recuerda que su padre había salido de la cárcel cinco días antes del debut  en el Café El Nacional. El Chino Tuursky fue quien iba consiguiendo los músicos que le recomendaba Pugliese desde el canuto.

-Cuando terminaban la actuación , cada día a las 7 de la tarde, Mandarino -comentaba mi viejo-  tenía un cochecito,  y en él íbamos con el Chino Tursky a recorrer todos los clubes ofreciendo la orquesta -rememora Beba en su libro-.

                                   
Pugliese y Mandarino de traje blanco. Ruggiero y Alessio últimos (arriba y abajo)
En el pequeño palco del Café-Bar Argentino de Villa Crespo (Corrientes y Canning) comenzaron a convocar a un público fervoroso que aplaudía a rabiar cada una de las interpretaciones de la orquesta. En 1940 la orquesta estaba integradaEl éxito le permitió escalar rápidamente posiciones y actuarían en clubes, cabarets y en Radio El Mundo, adonde llegan finalmente en el año 1941. "No se imaginan la de matrimonios que salieron de aquellos bailes" -comentaría  Pugliese años más tarde.

Fueron pilares fundamentales de la orquesta: Aniceto Rossi -al que el bandoneonista de la Orquesta, Esteban Gilardi le dedicaría su tango Don Aniceto en señal de reconocimiento-, Enrique Camerano, Julio Carrasco y Osvaldo Ruggiero que arrancó como segundo fueye con 17 años y en 1945 pasaría a ocupar el primer atril de los bandoneones al alejarse Enrique Alessio. En 1940 (foto de arriba) se habían agregado Antonio Roscini en bandoneón, Antonio Puleio en violín y Augusto Gauthier como cantor,

                                                   


El 15 de julio de 1943, la orquesta debuta por fin en el disco, en el Sello Odeón. El primero que sale a la calle es uno de 78rpm, como se estilaba por entonces, conteniendo, de un lado Farol, el tango de Homero y Virgilio Expósito, cantado por Roberto Chanel, y en la otra faz, El rodeo, de Agustín Bardi. Osvaldo Pugliese ya estaba en la Historia grande del Tango. La incorporación de Chanel a la orquesta fue otro gran acierto del Director, ya que "El Turco", con su voz nasal y su chamuyo de barrio, le dió gran relieve a las obras que interpretó con la orquesta de Pugliese.

                                 

Creo que vale la pena recrear hoy esos dos primeros temas que Pugliese largó a las calles porteñas para demostrar que se identificaba plenamente con el pueblo que habría de seguirlo para siempre.

Farol - Osvaldo Pugliese-R. Chanel

El rodeo - Osvaldo Pugliese

martes, 27 de mayo de 2014

Homenaje a Pichuco en Madrid

Como lo anuncié hace unos días, el próximo 11 de junio, la Embajada Argentina en Madrid organiza un homenaje a Aníbal Troilo, al cumplirse cien años de su nacimiento. El lugar escogido para dicho evento, es La Casa de Vacas de Madrid, ubicada en el hermoso Parque del Retiro.

                           

Tendré el honor de ser el Presentador de esa fiesta tanguera y de poder contar historias y anécdotas relacionadas con Pichuco. La entrada es gratuita y una vez completado el aforo, se cierran las puertas de dicha Casa de Cultura.

Participan destacados artistas, orquesta, cantantes, guitarristas, parejas de bailarines, como está detallado en el Programa  respectivo. Casa Argentina de Madrid colabora en la organización y difusión del Homenaje.

                                    

Y para ir entrando en calorcito, nada mejor que esta interpretación del tango de Julián Plaza: Danzarín, por la Orquesta de Aníbal Troilo, en el Teatro Colón, espectáculo que tuve la enorme fortuna de poder disfrutarlo en vivo, en ese Coliseo que algunas veces le abrió la puerta al tango.




lunes, 26 de mayo de 2014

Ángel Cabral

Se llamaba en realidad Ángel Amato, pero desde joven le gustó usar ese seudónimo cuando empezó a guitarrear en boliches y cantinas de los barrios porteños de Villa Luro y Mataderos. En aquella época de dúos y trios se alineó con los guitarristas Juan José Riverol y Ángel Robledo, aunque éste último dejaría su sitio a Alfredo Lucero Palacios. Sería esta última la etapa en que compuso su renombrado vals.

                           

Así se fue introduciendo en el mundo de la bohemia, de la noche, la radio y...las carreras de caballos. En el hipódromo, donde lo conocí, tuvo un compañero de correrías: Enrique Dizeo, que colaboraría con él en la letra de ese valsecito peruano que lo haría famoso y daría la vuelta al mundo: Que nadie sepa mi sufrir. Ese vals del cual se enamoró Edith Piaf en su visita a Argentina y con el título de La foule, lo paseó por Europa. Raphael, Julio Iglesias, Claude Lelouch, Plácido Domingo, Franck Pourcel, Nati Mistral, Francis Lai, María Dolores Pradera, o Charles Aznavour serían algunos de los artistas famosos que lo interpretaron, además de numeros cantores y orquestas de tango. Alberto Castillo, Argentino Ledesma, De Angelis-Carlos Dante, Gobbi-Alfredo Del Río-Tito Landó, Alberto Marino.

Con las regalías que le fueron produciendo este tema, contaba que las había aprovechado para comprarse un casa grande en Mercedes, donde invitaba a su barra de amigos a cantar, guitarrear y a saborear los suculentos asados que preparaba en la misma.Y también le sirvieron a él y a su compadre de aventuras, Enrique Dizeo, para apostar parvas de boletos en Palermo o San Isidro, a caballos que les dejaron algunas alegrías pero sobre todo bastantes desencantos.


Curiosamente, ni Dizeo ni Cabral llegarían a casarse aunque tuvieron novias de larga duración y también efímeras. La bohemia de ambos les impediría llegar a formalizar la unión con una mujer y obligarse a mantener un ritmo de vida más ordenado y quizás más sedentario. Entre ambos compondrían otras páginas: Y con eso dónde voy, La miel de tu boquita, Que sea lo que Dios Quiera, Un cielo para los dos y La hormiguita.

Cabral fue autor de unas doscientas páginas. Colaboraron con él numerososos poetas, pero sobre todo su vecino y amigo del barrio, Reinaldo Yiso (Ghiso), con quien, entre muchas otras obras firmaron juntos: El clavelito (Roberto Rufino también aportó), Maldito Corazón, Desagradecida, Mentiras y una larga lista.

                                    

Otros temas que tuvieron bastante relieve fueron: Su nombre era Margot (letra y música suyas, que escribió pensando en un amor del barrio frustrado y que le permitió lucirse a Morán con Cupo), Adiós adiós (Con Félix Lipesker y Sara Rainer), Incomparable con Manolo Barros; Tu beso y nada más (Con Floreal Ruiz y José Basso); Corazón con Atahualpa Yupanqui; Amor de chiquilina con Erma Suárez; Fueron tres palabras con Titi Rossi, por citar algunos.

                               


Bien cargada de vida y aventuras su mochila y su guitarra (también tocaba el violín) , murió en su ley a los 86 años. Un poco antes, cuando el periodista le preguntaba por Que nadie sepa mi sufrir, el tema que lo instaló en las orejas y el corazón de tantos enamorados, con su parsimonia y elegancia sempiternas, no tuvo reparos al responder modestamente:

-Es un lindo valsecito peruano, pero pienso que a mí me tocó el ser supremo con la varita mágica. No lo puedo comprender, sinceramente. Si hay veinte mil canciones mejores...Incluso creo que he hecho otras superiores, pero así es la vida... y no me puedo quejar, todo lo contrario, he sido un afortunado. Un gran afortunado.

Hoy traigo al Blog ese vals peruano que todos cantamos en algún momento. Hay innumerables versiones, y yo lo traigo por Alfredo Gobbi con sus cantores Alfredo Del Río y Tito Landó. Lo grabaron el 30 de junio de 1950. Y por Osvaldo Pugliese con la voz de Miguel Montero el tango: Y con eso donde voy, también de la yunta Cabral-Diseo. Fue llevado al disco el 28 de noviembre de 1956.

Que nadie sepa mi sufrir . A.Gobbi-Del Río-Landó

Osvaldo Pugliese- Y con eso donde voy- Miguel Montero




sábado, 24 de mayo de 2014

Homenajes a Pichuco

En muchos lugares del mundo se va a celebrar el Homenaje al Centenario del Nacimiento de Aníbal Troilo. Incluso en Madrid, lo haremos en la Casa de Vacas del Parque del Retiro, el próximo mes de junio y participan diferentes artistas, músicos, cantantes, bailarines. Yo estaré presentado el espectáculo, recitando y contando cosas de Pichuco. Ya iré arrimándoles más detalles.

Ahora me gusta destacar este homenaje que le realizan en Montreal, Canadá para que palpemos el alcance que tuvo Aníbal Troilo con su música, sus tangos, y todo lo que significó  en vida, para convertirse a partir de su muerte, en un verdadero mito, que trasciende a nuestras fronteras..

                                           


Reynaldo Nichele, que fuera violinista de Troilo desde su primer orquesta, la que debutó en Marabú, el 1º de julio de 1937, decía que "Pichuco tenía el tango en la piel, para él era una caricia tocarlo, una caricia cantarlo. Él tocaba como bailaban los bailarines de antes, resbalando sobre el piso encerado. Eso no se lo enseñó nadie. Eso no se aprende. Eso viene del alma".

También en Mar del Plata, uno de sus lugares preferidos y donde alguna vez charlamos en la terraza del Re-Fa-Si y en el Bar Ricardito, le hicieron este año un homenaje.


Pichuco recordaba cuando Juan Serrat lo llamó para actuar en un cabaret que habían inaugurado con su socio Capone "en la calle Corrientes "entre Talca y Libertad -como hablaba el Gordo-.  D'Arienzo y D'Agostino rechazaron la oferta de inaugurarlo porque tenían otros trabajos, "...y fue cuando Juancito pensó en este gordo. Y agarré. ¡Mirá que no! se iba deshilachando el 40. Las noches del Tiubidabo están embauladas en un rincón de mi corazón. Hubo éxitos de indiscutible gravitación, taladrados a fueyes, nurmurados en el piano de Goñi, en el susurro de la voz de Fiore..."


 Esa gran cantante y hermosa mujer que es María José Mentana, con quien estuvimos recordando los tiempos de Canal 9, hace un par de años en Los 36 billares de la Avenida de Mayo, donde actuaba el orquestón de Fabián Bertero, también se anotó en el recuerdo de Pichuco y me place destacarlo. Lo ubicó como un homenaje a Las minas de Troilo, que son las cantantes que alguna vez compartieron escenario o grabación. Y Zita, la griega que adosó su vida a la del Gordo, con todos sus avatares.El apoyo de Gabriel Soria fue una garantía de éxito al emprendimiento de María José que además lo hizo con su enorme profesionalidad y el calor que pone en el empeño. Las "minas" son Aída Luz, Virginia Luque, Elsa Rivas, Zita Troilo, Nelly Vázquez y Elba Berón. Obviamente algunas de ellas sólo están en el recuerdo, pero María José supo "ponerlas en escena" con su brillante actuación.


La noche del sábado 16 de agosto de 2008 un grupo de artistas, algunos muy jóvenes y otros no tanto, subieron al escenario del Teatro Avenida para homenajear a la orquesta de Aníbal Troilo debido a que ese año se cumplían 70 años de su primera formación orquestal e hicieron una perfecta recreación de la misma. Los 14 temas interpretados fueron los siguientes: "Comme il faut", "Tinta verde", "Cachirulo", "Guapeando", "Milongueando en el '40", "Una carta", "Te aconsejo que me olvides", "Yo soy el tango", "Tabernero", "Toda mi vida", "El bulín de la calle Ayacucho", "Con toda la voz que tengo", "Mano brava" y "Pájaro ciego". 

Los intérpretes fueron: Federico Pereiro, Lautaro Greco y Marcelo Nísinman (bandoneones), Fernando Suárez Paz, Miguel Ángel Bertero, Carlos Sanguino y Pablo Agri (violines), Horacio Cabarcos (contrabajo), Andrés Linetzky (piano y dirección), Guillermo Fernández y Ariel Ardit (canto - Ardit sólo el dúo en "Pájaro ciego"). Ernesto Baffa y Raúl Garello (bandoneones), José Colángelo (piano) y José Votti (violín) (este último fallecido a sus 82 años en 2009), se les unieron para la recreación de las dos primeras grabaciones de 1938 en el sello Odeón: "Comme il faut" y "Tinta verde". 

 
Hermoso dibujo de Hermenegildo Sábat en un libro dedicado a Pichuco

Podemos recordar de aquel insólito pero hermoso homenaje, uno de los temas interpretados esa noche. Se trata del tango de José María Contursi y el propio Pichuco: Toda mi vida, un bellezón de creatividad que interpreta la orquesta con Guillermo Fernández en el canto. La sapiencia de Andrés Linetzky en el piano nos recuerda al gran Orlando Goñi y Marcelo Nisinman nos transporta en el tiempo maravillándonos con las variaciones que realizaba Pichuco y que nos iluminan en la pista.




 



                                 


                                     

viernes, 23 de mayo de 2014

Puglieseando

Alguna vez la Cultura argentina y los gobernantes comprenderán el valor impresionante que ha tenido y tiene nuestro tango, por su arraigo popular y por la enorme difusión que ha llegado a alcanzar en otros países y continentes. Y que incluso les han llevado a realizar películas y documentales sobre el Tango argentino y rioplatense..

Por culpa de ese rechazo o ignorancia de la clase dirigente y de las capas altas de la sociedad, no se ha hecho justicia con toda esa pléyade de músicos, poetas, cantantes, compositores, arregladores que han logrado la maravilla de la continuidad y perpetuidad de esta música-danza, paseándola por el mundo incluso con enorme éxito, y la bienvenida de los críticos. Ástor Piazzolla logró el reconocimiento internacional a puro pulmón. Y su música se viene tocando desde hace años en Teatros y Salas de concierto.

                                                 


Si Carlos Gardel representó todo eso que nos enorgullece, fue porque filmó en Europa y Estados Unidos, cuando tal hazaña definitiva parecía imposible de alcanzar. O Francisco Canaro colocando en Europa cinco orquestas en demostración de coraje. O Julio De Caro tocando en la Mansión del barón Rothschild. O Juan Canaro y María De la Fuente llevando por vez primera el tango a Japón, iniciando un constante ida y vuelta y logrando que nuestra música prendiera con mucho vigor en ese lejano país que siguen visitando nuestros representantes: músicos, cantantes, bailarines. Mientras Buenos Aires recibe a muchos milongueros nipones de ambos sexos en las abigarradas salas porteñas.

Osvaldo Pugliese representa el ejemplo más claro de las injusticias que se cometieron en Argentina contra este género. Simplemente por pensar políticamente distinto a los gobernantes de turno, fue perseguido, encarcelado y le cerraron muchas veces las puertas de grabadoras y emisoras.



El mismo Juan Domingo Perón, cuando volvió al país en 1973 para volver a presidirlo y numerosos artistas participaron en una gran fiesta popular en Plaza de Mayo, lo recibió a Pugliese en Olivos y le dijo: "Gracias por saber perdonar".

Pero la persecución le llegó desde distintos gobiernos, sobre todo por parte de los militares. Y ese caso lo he comentado muchas veces que le sucedió a tantos artistas del tango en 1955, con la caída del gobierno de Perón: Hugo del Carril, Nelly Omar, Libertad Lamarque, Rodolfo Scianmarella, Luis César Amadori, Cátulo Castillo, Alfredo Attadía y otros.


                           

Por eso siento un gran placer cuando noto el reconocimiento a la música de Osvaldo Pugliese en un país, como por ejemplo, Holanda, hoy también muy vinculado al tango, porque se ha enraizado gracias a la danza y tienen incluso orquestas propias en ese país.

Y aunque ya hace años que se filmó este documento donde se lo escucha al Maestro, me satisface volver a traerlo a la memoria colectiva. El Director y editor holandés Henryk Gajewski fue el autor del homenaje y lo podemos ver a Don Osvaldo chamuyando con esa vocecita tan personal y a Piazzolla junto a él trasmitiéndose mutuo afecto-admiración y tocando juntos en un escenario de dicho país.

Atenti.



miércoles, 21 de mayo de 2014

Pastora

Este tema de Alfredo De Ángelis y José Rótulo pegó fortísimo allá por el año 1948 è anche piú. Fue record de ventas y sonaba a todas horas en radios y vitrolas. Y muy especialmente en todas las calesitas de Buenos Aires. A la orquesta del Colorado, pretendieron degradarla con el apelativo de "Orquesta de calesita", cuando en realidad ese mote devenía de la costumbre de los calesiteros de poner la música de De Ángelis y sus cantores Dante y Martel, porque estaban de súper onda y atraían a madres, muchachos y muchachas con los temas que iban lanzando desde el inolvidable Glostora Tango Club. Ese programa que marcó toda una época en el gusto popular.

                                         
           
En una oportunidad Alfredo De Angelis fue a visitar a Juan Manuel Fangio que tenía una concesionaria de autos en la calle Bernardo de Irigoyen y enfrente de la misma habían colocado una calesita. Fangio, normalmente serio, recibió así al Colorado: "Me voy a ir de acá. Voy a incendiar el negocio. Ya estoy podrido de escuchar siempre los temas tuyos. La voy a incendiar". Era un chiste, claro, pero revela una realidad de ese momento.


La ristra de temas que idearon juntos esta dupla autoral, incluye todos estos temas: Alelí, Como la caperucita, Felicidad, Malambo, Mañanita linda, Mi cariñito, Mi promesa, Nadie quiso más, Pastora, Pimpollo roto, Por qué doblan las campanas, Pregonera. Pastora y Remolino/s. Algunas de estas páginas tuvieron una tremenda difusion en toda Sudamérica, y la orquesta logró convocar a oleadas de milongueros a los bailes para los que fue contratada la orquesta de Alfredo De Angelis en aquella época de grandes y sucesivos éxitos.

José Rótulo
 Curiosamente, Pepe Rótulo, que ya había escrito poesía en Montevideo, tenía un negocio de peluquería. Uruguayo de nacimiento (Rocha 1905), había recalado en Buenos Aires a final de los años treinta y ante el suceso del tango Pregonera, decidió ponerle a la peluquería ubicada en San Juan y Boedo, su propio nombre y apellido. Desde entonces no paraba de atender  mujeres, en sus gabinetes separados.  De Angelis grabó ese tema el 20 de marzo de 1945 con la dupla Dante Martel y en 1962 lo repetiría con Godoy-Mancini.

                                                     


En la revista El Canta Claro de noviembre de 1949, Rótulo explicaba así su alianza exitosa con De Angelis.

-Lo que pasa con Alfredo De Angelis es una de esas cosas raras que pasan en la vida. Es una especie de afinidad artística, es el paralelismo de dos almas que se encuentran un día dentro del arte, en este caso desgranando canciones.

-De Angelis se sienta junto al piano y vuelca en él su estado de ánimo de ese momento, tratando de dar vida musical a ese mismo estado producido por una pena o una alegría; así le nacen esas magníficas melodías  que el público tanto aplaude.

- Cuando me las hace escuchar, se apodera de mí una especie de ensoñación e instantáneamente como si esa música me dictara palabras, escribo sus versos.

                                             


-De Angelis es el músico que me da menos trabajo, su música es tan comunicativa que no requiere tiempo para estudiar el motivo que se ha de escribir. Así ocurrió con Pregonera, Remolino, Alelí, el vals Mi cariñito y Pastora.

- En este último traté de escribir un tema sobre un cuento que cuando chico me contaba mi abuela.  ¿A quien no le contó la abuelita un cuento de una pastora que arreando una majada de ovejas blancas se internaba por caminos y montañas cantando una canción que la abuela trataba de tararear terminando siempre con el sueño del nietito que guardaba bajo sus brazos?

- Alfredo de Angelis es el músico que menos trabajo me ha dado, pues sus tangos siempre se los devolví escritos al otro día de serme entregados, y de esta forma los tocó, sin objetar ni una sola palabra de las escritas por mí.

-El día que escuché los compases musicales de Pastora por teléfono, que me tocó él con su piano, pasé casi toda la noche sin poder concilar el sueño; su música resultaba una especie de embrujo que se había apoderado de mí. Él me dijo: "Pensá en algo y después lo vemos...a mí me parece como un pájaro negro que vuela...no sé...por la fuerza de la música". Esa misma noche escribí sus versos y al otro día se los leía a De Angelis. Por toda contestación recibí un abrazo del joven maestro. No hacían falta las palabras.

                                                     
De Angelis, Rótulo, Isabel (esposa de Alfredo) la esposa de Rótulo y una amiga
    

Con el dinero ganado por su letra de Pastora o La Pastora (los dos nombres valen), edificó en el terreno de su peluquería el espacio para una concesionaria de autos. Realmente las letras de Rótulo no encierran una gran dosis de filosofía, pero acertó sobradamente creando temas que volaron alto. Escribió además con muchos compositores. Su tema Parece un cuento con música de Lalo Etchegoncelay, fue premiado en Uruguay. Algunas otras composiciones que demuestran su acierto son: Como túLlámame y Firuletear del bandoneón con Ángel Domínguez; Como el hornero con Manolo Sucher; Mimí Pinsón con Aquiles Roggero; Canción celestial con Carlos Figari; Tu confidencia con Romeo Gavioli; Nací en Pompeya con Nelly Paredes; Y no volvió con Carlos Cubría y Héctor Gentile; la milonga Repique del corazón con Osvaldo Donato y hasta escribió con Astor Piazzolla el tango Como las golondrinas, para la película Con los mismos colores.

                                                     


Y como arranqué con Pastora, ese tema que sigue dando vueltas, hoy lo vemos a ese dúo que también formó De Angelis, el gran especialista: Roberto Mancini y Juan Carlos Godoy, reviviéndolo con la orquesta del Colorado de Banfield, el autor de la música. Viene envuelto en una alegoría.