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viernes, 20 de septiembre de 2013

Floreal

No tengo la menor duda, de que este enorme cantor debe figurar siempre entre los más notables que tuvo el tango a lo largo de la historia. Un intérprete que lució en todos los aspectos que pueden presentar las letras de tangos: Dramáticas, satíricas, de ambiente, nostálgicas. Y realizarlas todas como si su especialidad fuese cantar cada tipo de poesías que le presentan.

                                 

Gran fraseador, patentó un estilo definitivo que llegaría a ser modélico, y no en vano el Polaco Goyeneche los tuvo en sus altares. Precisamente, mirándose en el espejo de Floreal Ruiz, también lograría él ese dominio que lo empinó en la alturas.  Y no tenía ningún reparo en confesar su admiración por Floreal y el fraseo de Tony Bennet. Y al fin de cuentas, su estilo, sería un poco  algo de cada uno de estos dos, malgré el genero, aderezado con su cuore tanguero y su gran personalidad.

Floreal Ruiz cantaba naturalmente, de nascita, con un arrullo fraseado que lo encumbraría en la orquesta de Aníbal Troilo formando un duo increíble con Alberto Marino, en aquella orgía tanguera de los cuarenta. que parecía no tener fecha de caducidad.  Temas de una temperatura crecientemente emotiva. Todavía hoy, escuchamos con admiración muchas de esas  piezas que transpiran el perfume de lo reconocible.

Años de oro: Alberto Marino y Floreal Ruiz con la orquesta de Aníbal Troilo
Nacido en el barrio de Flores, hijo de un anarquista que a sus tres hijos los bautizó con nombres afines a su ideología, muy en boga en aquellos años, traída por inmigrantes españoles especialmente: Libertario, Fraternidad y Floreal. Este último es el nombre que le dieron los republicanos franceses, opuestos a la monarquía, al octavo mes del año.

Sabido es que sus inicios fueron como tantos cantores, en cafés de la zona y en serenatas con su amigo del barrio, que un día pasaría a llamarse  Hugo del Carril. Arrancaría semiprofesionalmente con la orquesta de José Otero, sería solista en la radio y Alfredo De Angelis que venía en línea ascendente, se entera de su valía, lo prueba con éxito y lo incorpora a su orquesta, en la que dejará ocho temas grabados, el primero de ellos: Marioneta, el tango de Tagini y Guichandut, que luego repetirá en su estreno en el disco con Aníbal Troilo, un año más tarde: el 6 de octubre de 1944.


Alberto Marino que sería su socio de éxitos con Pichuco, fue quien le recomendó a éste que trajera a Floreal para reemplazar a un Fiorentino que había dejado un hueco muy difícil de tapar, dado la idolatría que despertaba y el éxito impresionante de toda esa primera inolvidable etapa de Troilo. Pero ya no estaba Orlando Goñi, y en su lugar José Basso seguía transitando la senda rítmica impuesta por el impresionante pianista que llevaba en vilo a la orquesta con su mágica mano zurda.

La etapa de Floreal con Troilo abarca cuatro años y en él quedan registrados 31 temas que no pueden faltar en ninguna discoteca tanguera. Obras maestras como Luna llena, Equipaje, La noche que te fuiste, Confesión, Romance de barrio, Solo se quiere una vez,  Yuyo verde, La embriaguez del tango, Llorarás llorarás, Mis amigos de ayer, Qué me van a hablar de amor, Naranjo en flor, son algunas de las hermosas creaciones que sembró con Pichuco.
                             
Tanturi, Pugliese, Floreal y Pichuco haciendo travesuras

Después lo insólito. El pianista Francisco Rotundo le ofrece un sueldo enorme y Troilo, sintiéndolo mucho, le dice que no deseche la oferta. Con Rotundo dejará ese hermosísimo valsecito que rompió con todo:"El viejo vals" de González Castillo y Charlo, a dúo con Enrique Campos. La carrera de Floreal cobrá nuevos bríos con su ingreso en la orquesta de su antiguo compañero y amigo José Basso y ahí también apilará unos cuarenta temas de gran valía.

Mi querido amigo del barrio, Piraña, al que Pugliese llamaba Pirañeta, lo acompañó hasta el final, junto con  otro amigo de Floreal Ruiz, apellidado Vizzini. Me contaba en un asado el propio Piraña que cuando se estaba muriendo le dijo: "Me voy Piraña", y se fue... Pero dejó este legado que frecuentamos a menudo para solazarnos con su estilo y su fraseo.

                                     
Hoy se me ocurre traer al Blog, de muestra, dos temas que grabó con Aníbal Troilo: Amor y tango, de José Basso y Carlos Bahr, del 9 de octubre de 1945. Y Desvelo, el tango de Eduardo Bonessi y Enrique Cadícamo, que llevaron al disco el 28 de febrero de 1948. Y ya que estamos, va de propina este hermoso valsecito de Homero Manzi y Hugo Gutiérrez que me rechifla: Llorarás llorarás, grabado el 10 de agosto de 1945.

061- Amor y tango - Troilo-F. Ruiz

Desvelo - A.Troilo-F. Ruiz

060- Llorarás llorarás - A. Troilo- F. Ruiz


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