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viernes, 31 de agosto de 2012

Chuzas

En el tango inicial conviven la ciudad y la pampa que la circunda. Buenos aires era "La gran aldea", como la definió el historiador Vicente Fidel López. Estaba rodeada de bañados, potreros, ríos y pampa indómita. Un escenario agreste que nutrió el numen de muchos músicos y poetas tangueros.
Agustín Bardi

Los próceres de la etapa inicial: Eduardo Arolas y Agustín Bardi, fueron muy prolíficos en la creación de tangos que se referían a ese escenario que contemplaban apenas se asomaban a a las lindes de la capital.

Arolas compuso temas como: Cardos, Taba calzada, El chañar, Bataraz, El guachito, La cachila.

Bardi, que nació en el pueblo bonaerense de Las Flores (como Roberto Firpo), dibujó su primera infancia a través de págínas memorables: El pial, El abrojo, Se han sentado las carretas, Gallo ciego (inspirado en las riñas de gallos), El baqueano, el cuatrero, Adiós pueblo, Cabecita negra, Pico blanco, El buey solo o Chuzas.                                                                                           

Además del aire a vidalita y canción campera que tienen otras páginas de estos dos enormes compositores.

Precisamentre Chuzas o Chuzos, se refiere a un arma rudimentaria compuesto por un cuchillo o pincho, atado a un palo. También se aplica al pelo duro, puntudo, típico de los descendientes de aborígenes.

Alfredito Gobbi realizó una hermosa creación de este tango de Bardi. A tal punto que, aníbal Troilo, cuando quiso incorporarlo a su repertorio, después de escuchar la versión de Gobbi, decidió que era insuperable y lo desechó.

En cambio, sí tocó y grabó la milonga del mismo nombre que cantaría Ángel Cárdenas. Pichuco sostenía que un cantor de tangos debería saber cantar por lo menos un estilo y una milonga criolla.

Y el 7 de septiembre de 1956, registró esta pieza gaucha de René Ruiz y Enrique Uzal (dos clásicos), que vale la pena escuchar para gozar los dichos camperos de Uzal que recrea el cantor de Chacabuco, otro pueblo de la pampa bonaerense.


Disfrutemos de estos dos hermosos temas.

chuzas

chuzas - milonga



miércoles, 29 de agosto de 2012

Finales Tango salón y Tango escenario 2012

Ante unas tribunas llenas de espectadores ansiosos de ver los resultados finales del Mundial de Tango 2012. fueron finalmente consagrados los campeones del Tango salón, y al día siguiente, del Tango escenario.

Realmente da gusto ver el nivel de los participantes, y comprobar cómo las nuevas generaciones están metidas de cabeza en nuestra música ciudadana, han asimilado conceptos y virtudes de sus antecesores y la llevan prendida en el ojal del corazón, con pasión y emoción.

En el Tango salón ganó la pareja integrada por un neuquino y una corbobesa, como les informaba ayer. Facundo de la Cruz Gómez Palavecino y Paola Florencia Sanz fueron los bailarines que, al compás de Juan D'Arienzo y el tango El puntazo, de Alejandro Junnissi, convencieron a los jurados y al público que los aclamó.

No sólo merecieron el premio que ganaron, sino que dejaron advertir en ellos un hermoso futuro tanguero.

Vale la pena retrotraernos al momento cumbre de sus ilusiones, y verlos en acción.




Y en el concurso de Tango escenario, se llevó los laureles una yunta rioplatense: Cristhian Sosa y María Noel Sciutto. Ambos tienen 25 años, él es del Gran Buenos Aires, ella de Uruguay, y siguieron al pie de la letra los consejos de María Nieves ("Menos aires y más piso, ¿me entienden?"), que fue homenajeada y ovacionada por los asistentes y bailarines. Especialmente cuando bailó en el agasajo.

El tango interpretado por los ganadores representó toda una sorpresa porque no es nada bailable, y es más bien para escuchar y gozarlo en la voz del Polaco Goyeneche: El gordo triste de Ástor Piazzolla y Horacio Ferrer.

Pero la coreografía estuvo muy bien hilvanada y la supieron llevar adelante ganando muy ajustadamente delante de otras cuatro parejas que, como en la milonga campera, ni se sacaban la oreja.

Podemos apreciar muy bien sus aptitudes dancísticas en el tema que los llevó a la gloria.


Y aunque el corresponsal del Diario El País,de España,  dice en el periódico de hoy, refiriéndose al festival y al tango en general, que los nuevos valores quieren evitar "el olor a naftalina de los viejos tangos, y que fueron criados en un tango que estaba anquilosado", amén de otros menciones como la obligación de quitarle el moño y la gomina; resulta que los jóvenes ganadores del Tango salón, bailan una grabación de 1952, y los de Tango escenario una de 1982.

Ya me contarán, cómo "se refresca el tango", según afirma este señor que ignora todo sobre el tango.










Osvaldo Zotto

Ayer hablaba de Miguel Ángel y recordaba de paso a su hermano Osvaldo fallecido prematuramente en el 2010, cuando apenas contaba 47 años y estaba en el momento cumbre de su carrera.

Para mí seguirá representando al milonguero cabal, sin trampas, sin figuras exageradas, con un estilo que perdurará por siempre aunque soplen nuevos vientos, porque la estampa, la mugre del gotán, la postura, elegancia y compás, no serán nunca caducos.

En el verano, nos pasa como a la TV o  al cine, con sus remakes constantes. Pero yo lo hago como un ejercicio ritual. Como una necesidad que me pide el espíritu. Y aparte de la amistad que me unía con él, la presentación que hice de su show en Madrid, o algún café que nos tomamos por ahí, Osvaldo era de esa estirpe de triunfadores humildes, de barrio, sin ínfulas, con verdadera categoría humana, cosa de la que pueden dar fe los innumerables amigos que sembró por el mundo.

Me gustaría que los milongueros actuales, especialmente en España, tomaran nota de las pausas, esos espacios que la danza necesita para que las parejas no parezcan entes automáticos, a los cuales se  les aprieta el botón y salen disparados y bailan sin resuello, como si los adagios no existieran.

Osvaldo las manejaba con inteligencia, oficio y mucho arte, junto a Lorena Ermocida.

En su momento le dediqué este poema lunfa que ahora vuelvo a traer a este espacio.



ESTAMPA DE OSVALDO ZOTTO

                                                             
                                                                                 “Reo sentimental, hermano de arte
                                                                                   llevás un corazón como estandarte
                                                                                    más grande que el Palacio de Barolo!”
                                                                                                                Celedonio Flores
                                                                   

Pinta orillera, morocho engardelado,
perfil de guapo gayeado en entreveros;
templanza en el andar de milonguero,
pisada de pantera, camino al doctorado.

    Salió de Ballester, cuna y vivero
    buscando plaza en el tinglado,

El frate le da el pase y bien bancado
con la ganzúa de su cuore fogonero
-donde el gotán solo admite bastoneros-
abre puertas de parqués y embaldosados.

    de apronte bien relojeado
    sarpando de los plagieros

La garlopa de sus epis imantados
lo esmaltan con un aire carrieguero:
aroma de zaguán, feca y potrero
y humildad, como poncho del mentado.

     Le da lustre con esmero
     a un nombre ya remanyado.

Puso y ganó, acá y en todos lados:
Por su imprevisto dibujo matricero,
se rindieron a su porte arrabalero
y su cadencia al compás del nacarado

    Exprime su cuore cadenero
    Y deja un legado milonguero
    con su chogán en el parqué
                                             sangrado.



Y lo admiramos bailando en La Trastienda, Buenos Aires en el año 2002, con su partenaire de lujo: Lorena. 





martes, 28 de agosto de 2012

Campeones mundiales de tango salón



Argentinos, del interior del país, Porteños por adopción, bailan a la gorra (gratis, por lo que les den) y son campeones del mundo

POR ROMINA SMITH

Ganaron anoche la categoría Salón. El es de Córdoba, ella de Chubut y se vinieron a la Ciudad para vivir del 2x4.
Facundo y Paola. Pareja en la vida real, comparten las milongas desde hace cinco años. 
La definición fue cabeza a cabeza. Pero esta vez, el Mundial de Tango Salón se quedó en casa y fue para la pareja argentina formada por Facundo de la Cruz y Paola Sanz . El de Córdoba, ella de Chubut, pareja en la pista y en la vida real, viven en Parque Patricios, barrio tanguero si los hay, desde hace un año. Ella, de 29, dio sus primeros pasos hace ocho. El, de 26, empezó cuando la conoció a ella. Para los dos, la vencida fue la cuarta participación en el Mundial. Y lograron el título máximo en su primera final, ya que antes no habían podido superar las semis. 
Después de las fases clasificatorias y las cuatro rondas finales, en las que bailaron tres piezas definitorias, con el número 191 lograron imponerse por gracia y habilidad, y festejaron ante un estadio Luna Park repleto.
El lloró, ella lo abrazó y le dijo “te amo” al oído, pero dejó que sus labios fueran leídos por las cámaras de TV. El apretó los puños y agitó sus brazos. Ella se aferró al ramo de flores
Después se besaron en la boca y bailaron para celebrar.


“ Es el sueño cumplido de todo bailarín.

Esto nos abre nuevas puertas para trabajar más”, disparó Facundo, y se sinceró: “Yo no había escuchado tango antes de empezar a bailar. Creo que a todos el tango nos llega en un momento de la vida, y cuando eso pasa ya no te podés bajar”.

“Es una emoción muy grande. El tango es una música que llevamos muy adentro y nos lleva a nuestra historia familiar”, se sumó Paola, que después recordó: “Mi abuelo escuchaba mucho tango. En donde yo vivía había talleres gratuitos y así empecé. Después fui aprendiendo con profesores y mejorando. Ahora, el sueño es recorrer el planeta con el tango, que es lo que nos gusta, y hacer que la gente de todo el mundo pueda disfrutarlo como nosotros ”.

Todo el esfuerzo previo, los bailes a la gorra en la Plaza Dorrego de San Telmo, los nervios, la tensión y las seis horas de ensayo cada día, se vieron recompensados con el triunfo de ayer, que incluye un premio de $ 40.000 y un viaje a Francia antes de fin de año, además de una gira por Japón durante 2013.








lunes, 27 de agosto de 2012

Miguel Zotto

A Miguel ya le dediqué una página y un poema, pero todo me parece poco, porque ha hecho tanto por el tango bailado, por el espectáculo, por su estilo fiel a los cánones, por las coreografías, por lo que ha cosechado y conseguido en el mundo; que merece un reconocimiento permanente.

Y no es moco de pavo -como decimos por allí-, lo conseguido. El apellido Zotto ha dejado una huella muy profunda y estoy involucrando también a Osvaldo, cuya temprana partida nos conmovió a todos sus amigos y a sus admiradores.

Miguel sigue defendiendo cosas fundamentales como el respeto al tango, a sus orígenes, a los viejos milongueros que acuñaron tantos pasos y no firmaron el copyright de los mismos; los legaron nomás para los que vienen llegando.

Miguel Ángel Zotto tuvo la gentileza de firmar el prólogo de mi libro: La llamada del tango -Una danza mágica- y yo le escribí estos versos salidos del cuore, y del lenguaje lunfa del barrio que cargamos en la mochila que nos  acompaña desde pibes.

Quiero recordarlo en estos días de recuerdos milongueros, como homenaje a un maestro que seguirá nutriendo a otras generaciones por el efecto contagio, y el modelo pulcro, elegante, sentido, de alma, que nos transmite.


VERSOS MILONGUEROS A LA GURDA
(Al troesma Miguel Ángel Zotto)                          

                                                                
                                                                                      “Le corrían por el cuerpo,  
                                                                                        que triunfaba en las piernas
                                                                                      las enredadas notas de los tangos”.
                                                                                                       Héctor Chaponick

                                                                                                                                 
 Tayó en el rioba tangamente de potriyo           
gardeleando a rockeritas suburbiales
con el fraguinche destino de su estirpe.

Se bardeó con las musas cachafazas
troileándose de zurda en la vitrola
empuglieseando su cuore hasta las bolas
y manijeando el esquecho en la viaraza.
Lo acompaña el mate amargo mancebado
en la sera del estrunge pensamiento;
el berretín es del bobo el linimento
que una cheno lo orlará de marqués enmilongado.

Y s’espira, de pogua, carancanfunfa 
de gomina y sonrisa, bien carrozado
a estremecidos pisos muy fanguyados
en donde, senza esparo, su estampa triunfa.

El guiye que lo copa es la milonga
y larga sarpado de sabia ferramenta:
un mancuse de ley, minga de mentas,
con carpuza, embrocando en meta y ponga
el fratacho  de leifes  canyengueros,
el orsay de pecoraras mucangueros
yirando con namusas volatriches.
La salmodia lo empúa y el pastiche
lo encurda de emociones y lo estara
pa’siempre en las trasnoches, en boliches,
contraseña  pa’que al tango a la gurda lo yugara.

La rante escuela de su antaña shomería
Le sella hoy el universo manyamiento:
Poniendo la percha, los quimbos y el talento
y milongueando en ritual porteñería
no tiene emparde en proscenio ni en la pista;
con la sofaifa entefrén, yumbear purista,
camina, -troesma total- y es chacamento. 


Este poema que me salió bien de adentro, lo recita impecablemente un sensible cantor y recitador de Mataderos: Angel Yonadi, otro amigazo. Y acá le paso el micrófono. ¡Dale Anyulín!





Y de paso cañaso, los vemos bailar a la yunta Zotto-Gúspero, para afinar la puntería milonguera en la pista.




Adrián Luppi & Paula Villarroel

Conforman otra pareja residente en Madrid, con los cuales nos vemos a diario y disfrutamos en las pistas tangueras de la capital de España.

Incluso he compartido escenario con ellos y otros artistas en  Cuenca.

La historia artística de Paula es muy vasta y rica en experiencias de todo tipo. Es gata (madrileña), nacida en 1981 y vale la pena comenzar hablando de sus Estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. Luego se diplomaría también en la escuela Superior de Arte, en Brest, Francia.

Practica danza clásica desde la infancia con profesores de la talla de Emilia Durán y Víctor Ullate. También se graduó como profesora en Danza contemporánea, flamenco y claqué.

Esta artista a tiempo completo, que realiza pintura, dibujo y escultura, expone constantemente sus obras que tienen mucha repercusión.

Me complace señalar que entre 2008 y 2009, viaja por Argentina, Uruguay, Brasil y Chile durante un año, en el que realiza trabajos de pintura mural con niños en villas (zonas marginadas y desfavorecidas). Y realiza trabajos de pintura mural de forma individual y por encargo en diversas ciudades. 

Adrián nació en Tandil (Provincia de Buenos Aires) en 1976 y a los 5 años ingresó en la Peña tradicionalista "El cielito", comenzando su romance con el folklore argentino y las danzas tradicionales. Recibido de Profesor, actuó en numerosas provincias de Argentina integrando ballets folklóricos. 

En 1992 comenzó a formarse en Tango con dos maestros de prestigio, hasta su llegada a España en el año 2000. En este país continuó sumando experiencias. Se interesó por el flamenco que practicó en la escuela Amor de Dios. Su crisol de estudios lo lleva por el funny y el hip hop, y así se inserta en diversas compañías de estos ritmos y del tango, que pasa a ser su principal disciplina al conocer a Paula y formar pareja con ella.

Han actuado en numerosos festivales europeos mereciendo el beneplácito de los practicantes del género.

Además, por ser tan buena gente, y excelentes profesionales en todos sus trabajos,  les desearé siempre toda clase de éxitos. Y los invito a verlos, en un Festival en Málaga en Octubre del año pasado.

domingo, 26 de agosto de 2012

Carolina Buenaventura y Francisco Forquera

Como estoy pasando unos días en la playa, huyendo del tremendo calor de Madrid, aprovecho los ratitos en el bulín para deleitarme con las grandes parejas de bailarines de tango que tenemos actualmente.

A esta pareja ya la presenté y los adobé con mis aplausos en el blog, pero me gusta volver a traerlos aquí como ejemplo para tantos bailarines diletantes y entusiastas que abundan en toda España. De paso me desintoxico de aquellos que creen que la milonga es un picnic y se presentan con pantalones y zapatillas rotas. O en bermudas. ¡Y hasta en chanclas en una milonga nocturna! Una noche de ésta se vienen en pijama...

Las mujeres, jovénes y menos jóvenes se producen con mucho cuidado, visten linda ropa, calzan hermosos zapatos con tacones de aguja, se perfuman,  y no hay derecho a que el elemento masculino desprecie la mínima elegancia y considere que todo lo que no sea romper con los cánones y vestir descuidados, como de entrecasa; se trate de una antigualla lamentable.

En fin, el tango da para todo, lo sabemos de siempre, pero algunos le tenemos más respeto que otros y lo digo desde la crítica honesta y mirando hasta con simpatía a este tipo de "revolucionarios" de salón, muchos de los cuales son amigos con quienes simpatizo. Y algunos bailan bien.

Volvamos al templo de la elegancia con esta pareja de prefesionales que tienen una sala -"Mariposita"-, en San Telmo, donde dan clases.

Para eso, ellos han pasado por escuelas de danza, de coreografía y tienen trazas milongueras, que es muy importante para la conservación de la especie.

Debemos saber distinguir entre tango de escenario y el de exhibición, pero se notan entre los que desarrollan esta última faceta, aquellos que han curtido mucha pista de milongas y la llevan en el cuore.

Podemos verlos bailando un difícil arreglo del tango de Pedro Laurenz: Orgullo criollo,  en Seúl, Corea.


En Buenos Aires también los reclaman para poder aplaudirlos en distintas milongas y Festivales. Ahora penetramos en el templo milonguero de Rioja y San Juan: Grisel, donde pasamos tantas veladas de las que nos llenan el alma para aguantar el tirón.

Y en este caso, la pareja se manda con Tango negro, en su propia coreografía.




sábado, 25 de agosto de 2012

Aoniken Quiroga y Alejandra Mantiñán

Un amigo mío los vió bailar y me dice asombrado: "¡Parecen dibujitos animados!".

Aoniken es un poco el Mickey Rooney criollo y tanguero. Por la pinta traviesa, por su manera divertida de bailar, por el físico y porque todavía está en esa etapa de jugar con la música, con el compás y con la compañera.

Alejandra le sigue el tren y también se divierte. Ella tiene una vasta experiencia en festivales, bailando con otras parejas. Pero sabe que con Aoniken la pasa fenómeno, aunque tiene que estar muy atenta, porque el muchacho, aparte de hacer sanata con los pies es muy rápido y engaña con las apariencias.


Ella comenzó a los 8 años en la Escuela Nacional de Danza y a los 18 ya era profesora. Ha integrado Ballets, es coreógrafa, hizo durante 4 años la carrera de Traumatología y kinesiología y ha viajado durante años por todo el mundo, con Gustavo Russo, Guillermo Salvat o Gabriel Missé.  

Con Russo fueron pareja estrella en París en el prodigioso teatro Champs Elisées, además Alejandra y Gustavo fueron integrantes destacados en el espectáculo "Tango Pasión" junto al Sexteto Mayor, como también pertenecieron al elenco del maestro Mariano Mores, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgan, José Basso.

Aoniken baila tango desde los 10 años y cuando tenía 14, Teté Rusconi lo llevó con él para que le ayudase en las clases, incluso en los viajes. Pese a ser un pibe, ya aquilata mucha experiencia y su dominio de la técnica le permite hacer toda clase de piruetas que le han granjeado la simpatía de los tangueros de medio mundo.

Y aunque lo doble en peso a Leonel Messi, es tan rápido con los pies como el número 10 del Barcelona.

Vamos a disfrutar viéndolos bailar esta milonga con el Sexteto Milonguero.


 




viernes, 24 de agosto de 2012

Mariano y Alejandra

Son dos de mis grandes amigos milongueros en España. Y como, además de que los quiero, son excelentes profesionales, los traigo nuevamente al blog para que disfrutemos de sus coreografías, sus creaciones y su sentido innato del ritmo.

Marianito ya presentado en este Blog, es un chico formidable, noble, entregado totalmente a su carrera, y lo mismo es un fenómeno bailando, que inventando coreografías -una de las cuales , generosamente, me la dedicó en el estreno-,  o las vestimentas que usan para cada una de sus entregas.

En este gran escenario del tango, si nos ponemos a observar, se da el caso de que chicos y chicas de distintas  procedencia se encuentren casualmente en una milonga, o en una clase, bailen en alguna oportunidad como acto lúdico y en ese mágico instante, con el clic,  se forma una nueva pareja de bailarines profesionales. Ello sucedió, cuando se topó con Alejandra en la capital española.



Mariano Otero es de una localidad próxima a Rosario (Santa Fe, Argentina) que se largó a la aventura europea, echando raíces en España. Se formó en danzas contemporáneas, jazz y en clases regulares de interpretación, además del tango.

Alejandra Heredia es madrileña, había  estudiado danzas clásicas pero a la vez lo compaginaba con sus estudios de farmacia, materia universitaria en la cual se diplomó.

El encuentro fue decisivo, y está más que demostrado que no basta ser muy bueno en el baile del tango, sino que es fundamentalmente importante encontrar a su otra mitad, para conseguir formar un todo: La pareja. Que es lo que han conseguido Mariano y Alejandra, que siguen trabajando en el día a día para enriquecer su baile, hacer auténtico su arte y, sobre todo, mantener las raíces de una cultura viva.

 Se lucieron en los espectáculos; Duas Beiras, Cabaret Tango, Dunas de Baires, Tango y Vino, Milonguero, María de Buenos Aires y Let’s Tango con la Orquesta Sinfónica de Odense (Dinamarca), entre otros.
Desarrollan un trabajo teatral que queda patente en sus coreografías y tienen tres obras que combinan el tango con el humor y el drama, éstas son: “La Costura del Corazón” que habla del amor entre un sastre, una mujer y un maniquí, “Ello” que cuenta, en tres escenas, la historia de una pareja que participa en el mundial de tango argentino (Mariano es “ella” y Alejandra es “él”) y “Linyeras” que narra la historia de dos “sin techo” en una ciudad hostil. En el año 2010 participaron con su obra “La Costura del Corazón” en el Festival Cambalache de la Ciudad de Buenos Aires.

Actualmente son convocados para trabajar en festivales de todo el mundo donde imparten clases y realizan exhibiciones. Algunos de estos son: Festival Internacional de Wuppertal, Festival TangoMatrix, Leipzig, Catania, Oldenburg, Aix en Provence, Monprimblanc, Rovinj, Innsbruck, Vilnius Tango Fiesta, Tangogreece Festival, Istanbul Tango Festival, C.I.T.A. y Festival de Tango de Lisboa.
Vamos a verlos y aplaudirlos mentalmente, bailando en Wuppertal, Alemania. Porque se lo merecen largamente.















miércoles, 22 de agosto de 2012

Ezequiel y María Antonieta

Aparte de ser muy buenos bailando tango, tener su propia milonga en Madrid  -Bien Porteña- en la Casa de Guadalajara, y haberse constituído en pareja de vida y padres de una niña -Olimpia-; son amigos personales a quienes respeto y quiero mucho.

Los dos son porteños y tienen relación con mi barrio -Parque Patricios-, donde Ezequiel Herrera estudió durante la escuela primaria, y el padre de María Antonieta Tuozzo movía sus tabas al ritmo del gotán.

Tienen también su Escuela propia en el Viejo Madrid, donde han establecido su cuartel general y dan  clases de la danza porteña a numerosos alumnos de ambos sexos que acuden a su factoría.

María Antonieta tiene un pasado de actriz que viene con los genes de su madre, una artista muy conocida: Leonor Benedetto. Incluso merodeó en el arte de Talión antes de pasarse al de Terpsícore, que le pedía el cuerpo y la sangre tanguera de su progenitor. Pero también  estudió danza clásica y contemporánea con grandes profesoras y se diplomó en Madrid en Historia del Arte. El tango ganó la partida y nosotros estamos contentos por ello. Sobre todo yo, que he milongueado con ella.

Ezequiel consolidó su bagaje técnico junto a maestros como Fabián Salas, Gustavo Naveira, Mingo Pugliese o José Garófalo. Pero también supo trabajar en danza clásica, contemporánea y técnica corporal.

Hoy conforman una pareja muy aquilatada que ha logrado establecerse entre las más reclamadas para los Festivales de toda Europa, en exhibiciones y workshops.

Se conocen en Buenos Aires en septiembre de 2001, y comienzan a trabajar juntos en Madrid en febrero del año siguiente.
Desde entonces han participado en los espectáculos Mi Tango Loco (5º Festival Albasitango), Estación Tango (Teatro Infanta Isabel, Madrid), Artango (en su gira por Portugal). Han formado parte del elenco de Tanguera (Dir. Mora Godoy, Teatro Nuevo Alcalá, Madrid) en la gira española de la compañía y han sido parte también del espectáculo Piazzollíssimo (Teatro Häagen Dasz, Madrid)

También como pareja estable de El Berretín Tango, han actuado en Marruecos en el Mawâzine Festival, patrocinado por la Maison des Cultures du Monde-París y por la association Maroc-Cultures, Rabat, así como en el 1er. Festival de Tango de Málaga, o en el Festival Interparla en Madrid. Asimismo, han actuado con la orquesta Ensamble Nuevo Tango y han participado también en los festivales Tango para Vos, en la Compañía Nuevos Tangueros de Milán, en el 2º Festival de Tango de Almería, en el Festival Tango mi Amor, Chemnitz, Alemania, en el Festival Tangokaustinen, Finlandia, en el Festival de Tango de Ludwigsburg, Alemania, 2º Festival internacional de Las Palmas, en el Festival de tango de Sitges, en el 3er Bonner Tangofestival, etc.

En Buenos Aires han impartido talleres en la Escuela Argentina de Tango y realizado exhibiciones en diferentes milongas (La Ideal, Parakultural, Porteño y Bailarín).

Y nosotros podemos disfrutarlos en una actuación de este año en Dortmund, Alemania

.





 

La pareja



A veces nos juntamos a tomar mate o café y a parlotear de las milongas, de orquestas, musicalizadores y milongueros de ambos sexos, entre otros apartados de la danza que nos reúne frecuentemente en diversos locales.

Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia imagen del conglomerado de movimientos, conductas, normas, tópicos, códigos, que rigen el acto social de bailar en pareja y las alternativas que se suceden en una velada milonguera. 

Empecé a bailar el tango desde adolescente, cuando Buenos Aires era una inmensa pista donde fluían cantidades impresionantes de aficionados a esta danza.

Los años cincuenta en Buenos Aires fueron un torbellino tanguero, con una enorme cantidad de orquestas, con clubes donde se bailaba a tope hasta la madrugada y recintos que congregaban a los mejores: Sp. Buenos Aires, Huracán, Sin rumbo, Villa Malcolm, Premier, Oeste, Villa Sahores,  Atlanta, Sunderland, Unidos de Pompeya, Social Rivadavia, Estrella de Oriente y otros, donde despunté mi pasión.

También había muchos sitios donde el nivel era bastante más bajo y desparejo, pero el fervor existía en toda la ciudad.

Con la experiencia que me dan tantos años en la milonga, sigo creyendo que lo fundamental para bailar bien, para disfrutar el tango, no es la sucesión de figuras que podamos manejar, sino la postura, el control del compás y fundamentalmente el entendimiento con la pareja de turno. La asociación. Cuando ésto se alcanza vivimos el cénit del tango bailado.

En mi libro: La llamada del tango –Una danza mágica- (Ediciones Espuela de Plata, Editorial Renacimiento. Sevilla 2009, 478 páginas), hablando sobre la pareja, digo:

-El individualismo es enemigo del tango. Es cierto que vivimos una etapa en el Planeta Tierra en que muchos códigos han sido avasallados, pero en ese sentido, en  las pistas donde bailamos esta danza introspectiva, dentro de una comunidad que nos cobija y nos permite fortalecer lazos afectivos, sentimentales, de afinidad o de amistad, es fundamental saber compartir el respeto por el colectivo. No sólo de la pareja sino incluso del resto de bailarines en nuestro deslizamiento, eliminando todo atisbo de agresividad en los desplazamientos, cuidando a nuestro acompañante y al resto de bailarines, moderando nuestro comportamiento.

La mujer que llega a bailar bien el tango, escapa de la forma pasiva y sumisa de aceptar todo lo que el hombre le propone y seguirlo. Ella también adopta una actitud activa y a su vez propone, sugiere, en el diálogo de los cuerpos y al dictado de la música. Porque esta danza es distinta de todas las otras que se manejan bajo un patrón determinado, con pasos fijos y repetidos y una coreografía muy organizada. El tango, por el contrario, se improvisa constantemente y en ello influyen diversos factores, como la música, la circulación , el nivel de los bailarines circundantes y el aporte de la musa acompañante. Tanto por parte de ella, como de él, conviviendo en poderosa imaginería expansiva.

Esa energía generada entre los dos cuerpos abrazados al compás de un tango, es algo maravilloso. En la entrega de los integrantes de la dupla y de sus imágenes espejadas sin forcejeos, naturales, devendrá la calidad de la obra de arte final. La mujer sigue al hombre  en su círculo energético y lo estimula tácitamente para que éste despliegue todo su arsenal. A su vez el bailarín devolverá las atenciones, como si se tratase de una pareja de enamorados, cumpliendo con su misión de exhibir la belleza sensual de la milonguera, permitiendo que ésta recree su figura  y luzca la elegancia de sus pasos... (sigue)

A continuación, vemos el ejemplo de los argumentos que cito en el libro. Claro que se trata prácticamente de una hipérbole, porque lo que hacía esta pareja, es difícil de alcanzar, algo excelso que pasará a la historia. Pero vale la pena recrearse en este lujo que nos dejaron Javier y Geraldine.




martes, 21 de agosto de 2012

Ensueños

Este tema del pianista Luis Antonio Brighenti (1906/1984) me vuelve loco.

Es una melodía constante que se repite, como si estuviera jugueteando con las teclas de piano. Pero tiene algo que te atrapa, una fuerza centrífuga, que enlazada por pequeños puentes y transiciones, te lleva una y otra vez a la melodía principal.

Osvaldo Fresedo lo grabó el 23 de mayo de 1928. Carlos Di Sarli hizo una obra mayor con este tango y lo registró el 7 de setiembre de 1943. Lo cierto es que al bailarlo en la pista por el maestro de Bahía Blanca uno siente algo especial por dentro que te hace volar en el parqué.

 Quizás para muchos no sea una gran obra pero a mí me chifla. Brigenti era hijo de músico, nació en Villa Crespo, se crió en un pueblo bonaerense -Norberto De la Riestra- y al regresar a la Capital, en su adolescencia, se puso a trabajar en una droguería como cadete, para poder costearse sus estudios de piano.


En 1920 ya tenía su propia orquesta en la que formaba también su padre como violinista para actuar en bailes de carnaval. En 1927 formó en la orquesta de Ricardo Luis Brignolo, el autor de Chiqué. Fue en uno de esos intervalos que se producían, cuando se puso a jugar con esta melodía que finalmente cobraría forma de tango y la tituló como lo que él pensaba sobre su destino musical: Ensueños.

Tocaría en los conjuntos de  Ángel Ramos, Carlos Tirigall, Ernesto De la Cruz (autor de El ciruja) y con Miguel Caló estaría 4 años.

En 1934 forma su propia orquesta en la cual  cantaba Virginio Gobbi, el hermano de Alfredo, que además era acordeonista.

A los 41 años, se retiró de la música y se instaló con una librería en el barrio de Belgrano.

Curiosamente en la escasez de sus obras dejó patente una impronta de tango-romanza de alto vuelo lírico y llamativa armonización. Algunos otros de sus títulos son: Rosas blancas, Quimera del amor, Milonga porteña, Hojas verdes, Swing tango, Jaula de oro, Pesadilla o Campanita de oración. Algunos llevan letra de Cadícamo, por ejemplo, pero no tuvieron gran repercusión.

Precisamente Enrique Cadícamo realizó una poesía para Ensueños, pero no alcanzó difusión, porque prevaleció en todo momento la bellleza instrumental del tema.

Me gusta muchísimo el arreglo que hizo Horacio Salgán de este tango y lo ejecuta con el Quinteto Real. Me parece verdaderamente maravilloso. De Lío con guitarra, Marconi al fueye,  Peressini en violín y Giunta en contrabajo, aportan su talento.


Belleza pura.






lunes, 20 de agosto de 2012

Leo y Eugenia

Son dos queridos amigos con quienes he compartido infinidad de noches y chamuyetas en Madrid y otros lugares de España.

Manejaron una milonga en la capital de España desde 1997 y tuvieron mucho éxito durante varios años. Desde el año pasado,  están radicados en Italia y me alegra verlos triunfar en distintos festivales de Europa.

Leo Calvelli es porteño, de Saavedra, y como tal, hincha de Platense. Era bailarín de folklore y en 1985 comenzó a estudiar tango con Estela Arcos y se perfeccionó en técnica y estilo con Rodolfo y Gloria Dinzel.

Eugenia Usandivaras, nació en Salta pero se crió y vivió en Jujuy. Su padre era actor y poeta y ella estudió baile clásico y contemporáneo. Con los Dinzel realizó sus inicios en los cursos del Tango-danza.

 En 1995, Leo la llamó desde Madrid para formar la pareja de tango y además de los éxitos cosechados, se hicieron pareja de vida y tienen un hermoso hijo, que se agrega al que tenía Leo de otra pareja anterior.

Con Eugenia he bailado mucho en su milonga de los jueves y es tan especial milonguear con ella que hice un aféresis con su nombre y lo dejé en su justo término: Genia.

Ambos actuaron en dos espectáculos que organizamos con Osvaldo Parrondo y que yo presenté: El Homenaje a Libertad Lamarque el 28 de setiembre de 1998 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, televisado a varios países; y el que le realizamos a Alfredo Di Stéfano en el Palacio de Congresos y Exposiciones madrileños del Paseo de la Castellana, el 25 de marzo de 2002.

Como pareja da gusto verlos porque, además del estilo, tienen dominio del espectáculo, son coreógrafos ambos y los méritos contraídos los han cosechado con toda justicia.

Podemos admirarlos bailando Mala junta de Pedro Laurenz y Julio De Caro, por la orquesta de Osvaldo Pugliese en un Festival de Alemania.

Los quiero mucho a los dos pero Eu seguiré llamándola a ella  como se merece: Genia.




 


















domingo, 19 de agosto de 2012

Porqué la quise tanto

Esta es una hermosa composición del maestro Mariano Mores (Mariano Alberto Martínez) y el poeta Rodolfo Taboada. La compusieron en 1961 y la estrenó en setiembre de ese año Hugo del Carril con su tremenda voz, en el espectáculo: "Estrellas", en el Teatro Avenida de la Avenida de Mayo.

Con Mores la cantó su hijo Nito Mores, también Miguel Montero, Carlos Acuña y el gran intérprete Hugo Marcel, que, como los anteriores, realiza una gran interpretación del tema.

La orquesta, bien al estilo internacional de Mores, con arreglos de Martín Darré, le permite al Director su espectacular despliegue pianístico, alejado de otros grandes del género, pero que es sumamente efectista y llega a toda clase de públicos.

Mores, por sobre todas las cosas es un maravilloso compositor y deja para la historia una siembra espectacular de páginas inolvidables que nunca pasarán al olvido.

Hugo Marcel (Gregorio Horacio Cárpena) es un cantor precoz, del barrio porteño de Villa Luro, que a los 14 años de edad, en 1957,  lucía su poderosa garganta en la orquesta de Leopoldo Federico.

Desde entonces, la potencia de su voz no sólo no ha menguado sino que sigue manteniendo la potencia de la misma y juega con ella melódicamente, enfatiza y maneja los tiempos con facilidad y resultado muy feliz.
                                                                                                    
                                                                                                            
Con Osvaldo Fresedo dejó grabaciones irreprochables que permanecen en la memoria de los tangueros y en esta ocasión podemos admirar, tanto el efectismo y grandilocuencia de la orquesta y el piano conductor, como las grandes condiciones canoras de Marcel.

















sábado, 18 de agosto de 2012

La polenta de D'Arienzo

No me canso de reprochar a nuestros historiadores de tango, el que hayan echado tantas sombras sobre este músico y sus diferentes formaciones.

Ha sufrido el desprecio por su estilo, por su música y prácticamente lo exponían como el causante de una caída en el nivel del tango que habían enaltecido algunos de sus pares como De Caro, Fresedo o Cobián.

Entre los directores de orquesta no sucedía éso. Troilo, Pugliese, De Angelis lo querían mucho, eran sus amigos y reconocían que había levantado a la música ciudadana porteña de una de sus tantas recaídas. El tango es música, es baile, y los milongueros se volvían locos con la revolución que produjo el Rey del compás con su orquesta. Llenaba los clubes, los programas de radio en los que intervenía convocaban oyentes de todo el país. En el interior había numerosas formaciones que lo imitaban, que tocaban su repertorio enfervorizando a las masas de bailarines.Tenían 30 bailes por mes. Era una verdadera locura.

En este aspecto fue decisiva su aparición, primero con el piano de Rodolfo Biagi, luego Juan Polito y Fulvio Salamanca.

La marcación rígida, acelerada, sin treguas en el permanente contraste entre staccatos y silencios pronunciados, con frecuentes pasajes de piano destacando y acentuando el tema de la melodía, realzado por un increíble ajuste orquestal, fue lo que galvanizó su trayectoria.

Carlitos Lázzari que terminaría siendo el primer bandoneón del conjunto, en el que estuvo 25 años y sigue al frente de sus sucesores, cuenta que una vez le preguntaron a Julio De Caro si había escuchado a  la orquesta de D'Arienzo y respondió: "Si, la escuché, es una orquesta de verano". Cuando se lo contaron a D'Arienzo, éste dijo con su picardía habitual : "Sí, pero no dijo de cuántos veranos...".

Y aunque muchos lo sigan subestimando, la realidad  es que la temperatura de la pista sube a toda velocidad cuando el musicalizador de turno pone 4 temas de D'Arienzo, que entran por todos los poros.

Se contempla un nervioso movimientos de sillas y mesas, la pista se convierte en una colmena a la que acuden ansiosas las parejas y bailar con esta orquesta, puede constituir una sensación íntima distinta, acuciante, un sentimiento difícil de explicar, pero el suelo vibra bajo las suelas de los milongueros.

Lo vamos a ver tocando La cumparsita (con el que batió todos los récords de venta), en un Canal de Montevideo. El trajinar del Director resulta un  tanto camp para quienes no tuvieron oportunidad de verlo, pero el resultado es impresionante, y la polenta del dire, sumamente contagiante.

Al piano está un músico genial al que no se le han reconocido  sus enormes méritos: Juan Polito, que militó en varias ocasiones con D'Arienzo. Podrá notarse que no lee las partituras y su participación en el resultado final es espectacular. Carlos Lázzari y Ernesto Franco son los que encabezan la fila de 5 bandoneonistas que "la rompen". Y el sonido del violín mojado  del solista Cayetano Puglisi (siciliano, pasó la infancia en Grecia y llegó a Argentina con 7 años) es otra maravilla y otro acierto del Director por la categoría de este músico.

Yo soy dariencista a muerte en el baile y no hay más que verlo y escucharlo,  para entender el porqué.







viernes, 17 de agosto de 2012

Tango tu vida

Es el título de un documental que este señor japonés eligió para definir a su proyecto. Lo interesante e inteligente del mismo es que se proyecta la emoción personal de los bailarines de ambos sexos que lo practican en La meca del tango: Buenos Aires.

Y es inteligente, porque esta persona después de enseñar a bailar esta danza en distintos lugares del mundo, llega a la capital de Argentina y descubre otra cosa, distinta de la que él había vivido hasta ese momento.

Comprueba que el tango no son los pasos, las figuras, los adornos, sino el sentimiento. Lo que se siente al bailarlo. La emoción íntima e intensa  que provoca en los milongueros, cada vez que se abrazan con una persona del otro sexo y comienzan esa ronda infinita que cada vez trae nuevas sensaciones, aunque se trate del mismo tango y los mismos protagonistas.
                                                                          
Muchas veces pienso en ello cada vez que bailo en distintos lugares de Europa. La mayoría de hombres y mujeres que integran el circuito tanguero, ignoran casi todo sobre el tango. Piensan que, con conocer los pasos ya alcanza. Y es posible que les alcance para lo que buscan: la alternancia con otras personas, el rato lúdico, la charla, el abrazarse con alguien que le es atractivo, o que baila muy bien;  la comprobación de que pueden seguir la música con sus figuras, caminata y giros, divertirse, en suma.

Pero en Buenos Aires hay una historia emocional que mueve a todos esos cuerpos danzantes. Una liturgia. Unos códigos. La atracción por determinada orquesta. Los recuerdos. La gigantesca zambullida en la nostalgia. El deambular por su yo. Esa sensación etérea y volátil, como la fe y la juventud. La entrega. Los nerviosos preámbulos. Lo eterno en lo fugaz. La ilusión, la expectativa, la pre-velada. El diálogo. El abrazo.

No es una evasión. Es la entrega total. Los temas obstinados. La diferencia entre bailar D'Arienzo o Pugliese, por ejemplo, que en muchos lugares no consideran de importancia. Y allá saben a quien elegir para bailar determinada orquesta. Porque a algunos los llama más que a otros el ritmo de la melodía. Saben que son portadores de la memoria cultural.

A alguien que lleva tantos años en la pista le cuesta entender cierta indolencia en el aprendizaje, o los errores y desinterés en la elección de la música por parte de quien la selecciona. Que se baile cualquier cosa, aunque no sea bailable. Los musicalizadores que no le dan clímax, temperatura a la milonga. Ese dejá vu que nos carcome y nos desespera.

Por supuesto que hay notables excepciones en todas partes. Pero estoy hablando del todo. De entrar en una milonga y respirar esa pasión total que se respira en el circuito porteño. La cultura, la amistad, el amor.

Este hombre lo descubrió y cambió totalmente su perspectiva sobre el baile. Veámoslo.


jueves, 16 de agosto de 2012

Virulazo y Elvira

Es una verdadera lástima que no tengamos mejores imágenes de esta pareja que simboliza la belleza del tango bailado y que ocupó las grandes carteleras internacionales junto a otros grandes del género.

Pero, aunque fuese famoso y amigo de artistas de renombre, aunque firmase autógrafos en Nueva York, Berlín o Tokio; Virulazo (Jorge Martín Orcaizaguirre), siguió siendo el mismo muchachón del barrio porteño de Mataderos que bailaba desde los 13 años, y que, por consejo de Esteban Celedonio Flores y el cantor Carlos Acuña, debutaría en la Confitería La armonía, de la calle Corrientes como bailarín profesional.

Al final pesaba 128 kilos pero en la pista o en el escenario no se notaba para nada, por su sentido del ritmo, por la agilidad de sus piernas y por el ensamble que forjaron con Elvira, su esposa y compañera.

Kissinger, Robert Duvall -que iba a su casa en Mataderos a comer algún asado-, Nureyeb, Anthony Quinn, lo honraron con su amistad y admiración, pero él siguió fiel a sus costumbres barriales hasta su muerte en agosto de 1990, con 64 años de edad.

Siempre pregonó que no era un bailarín, sino un milonguero, y que lo suyo era la improvisación. Por eso no ensayaba coreografías, aunque cada tanto se le ocurría alguna idea, un paso, un movimiento, y lo practicaba con la dúctil Elvira. Pero, ya en el escenario le gustaba dejarse llevar por el sentimiento y la imaginación.

Y verlo moverse con semejante físico, al principio despertaba sorpresa y el final una rendida admiración de los espectadores que lo ovacionaban junto a su pareja eterna.

En 1952, la firma de chocolates Águila organizó un campeonato nacional de parejas de tango.  Se anotaron 157 de ellas y ganó Virulazo con su compañera. Ello le permitió viajar por todo el país en giras, exhibiciones y demás. Con Juan Carlos Copes compitieron muchas veces y se enfrentaban en las finales, casi siempre.

En la década del 60, las grabadoras le dieron la espalda al tango, lo mismo que la Televisión,  y la música ciudadana de Buenos Aires quedó arrumbada a un costado. Y luego de algunos escarceos, cuando Virulazo pensaba colgar los charolados, llegó la oferta de Tango Argentino y allá se fueron a Estados Unidos, Europa y Japón, con otras parejas de renombre.

"Con lo que gané en las últimas giras -decía- compré tres casas, dos autos y un camión para mis hijos. Los viajes largos no los soporto. Para mí es como estar preso. Necesito mi casa, el barrio, los asaditos, los jilgueros".

Sus definiciones eran categóricas y desternillantes. Detestaba a Michael Jackson y Travolta, pero adoraba a Fred Astaire y Gene Kelly.

Virulazo fue un porteñazo, un gran bailarín milonguero y todo un personaje. Y Elvira su compañera ideal.




miércoles, 15 de agosto de 2012

Juan Carlos Copes-María Nieves


Por lo mucho que han hecho por la difusión internacional del tango-danza; por el camino que le han abierto a tantas parejas jóvenes que hoy desfilan en Festivales y actuaciones en todo el mundo; por su calidad humana, debemos reconocerle sus enormes méritos profesionales y visionarios.

Copes fue un milonguero que recorrió pistas de clubes hasta que encontró su estilo y maceró esa pasión junto a otros grandes veteranos que un día comprobaron que estaban ante un adelantado.

Fue quemando etapas a toda velocidad, y llegó un momento, después de mostrarse en varios torneos, en que entendió había otras salidas para sus ambiciones: las exhibiciones y el ballet o conjunto de parejas que se mostrarían con él y María Nieves.

A ella la descubrió una noche en el club Estrella de Maldonado y quedó encandilado por su figura juvenil. Era una adolescente de 15 años, pero impactante. Él bailaba con la hermana de María Nieves -gran milonguera- "y tenía éxito con las mujeres por la pinta, pero era un carro bailando, movía el brazo, era muy malo" -recuerda María, que se enamoró de él al toque.
                                                                                                 
Comenzarían a bailar en Atlanta, y Juan Carlos ya era un milonguero consumado. Ella no tuvo maestros, le gustaba el  tango y aprendió viendo a las parejas mientras acompañaba a su hermana Cristina y a la Ñata, otra amiga, que ya tenían fama en el ambiente.

La pareja en su gran momento de éxito
Finalmente el noviazgo, con la anuencia de la hermana mayor y de ahí al mundo de sueños que se había prefabricado Copes. "Si los americanos arman esos espectáculos con el jazz, ¿porqué no podemos hacerlos nosotros con el tango?"- rumiaba.

Después de los torneos se animó a formar una compañía con diez parejas de aficionados y así se metieron en el Teatro Nacional, con una revista. Cuatro años en cartel y después la gira con Juan Canaro por Brasil, Venezuela, San salvador, Cuba, México. La compañía se disolvería y Copes decidió pegar con ella el salto a Estados Unidos, cuando el tango no figuraba entre los gustos del público estadounidense.

En el regreso los esperan los aplausos en Caño 14, Karina y ya son famosos. Después llegarían las mieles del éxito con Tango argentino, y allí tuvieron la gran revancha en Estados Unidos.

Lo demás es muy conocido, la separación y el camino que se bifurca para ambos. Pero la semilla ya estaba sembrada, ellos la hicieron germinar y el tango-danza se instalaría definitivamente en escenarios y pistas de todo el mundo.








martes, 14 de agosto de 2012

Copes y Liza Minelli

Juan Carlos Copes reúne cientos de anécdotas para contar. Su vida tiene ribetes de película por la infinidad de circunstancias que lo llevaron de ser un milonguero más, a brillar en todo el mundo con sus shows o Tango argentino, en la inolvidable pareja que formó con María Nieves.

Juan Carlos y María Nieves


Él pretendía ser futbolista profesional y nos enfrentamos en un partido que jugamos en el Viejo Gasómetro de San Lorenzo, en Avenida La plata. Periodistas contra artistas. El jugaba de lateral derecho para estos últimos con otro tanguero como Néstor Fabián y yo estaba en el bando de enfrente.

Fue el primero en formar una especie de ballet con varias parejas, que debutaron en el Teatro Nacional de la calle Corrientes y luego lo simultanerían en el lujoso cabaret Ta-ba-ris, de la vereda de enfrente.

Vi bailar muchas noches a la pareja en Caño 14 y habían conseguido eso tan difícil de constituirse en una ente físico de dos personas. Con gracia, con arrastre milonguero, con todo eso que se aprende en los clubes, en la atestada la pista común, reforzado por un largo período de estudio con profesores.
Copes-María Nieves en su apogeo
                         

Quería ser el Gene Kelly criollo y se dio el gustazo de que el excepcional artista norteamericano lo hiciese llamar por medio de su hija -cuando actuaban en Broadway- para que lo viera en su casa, ya con su enfermedad avanzada y postrado.

Y otro de los muchos gustazos que se dio, fue bailar con Liza Minelli en el escenario. Claro que ella no sabía bailar tango, pero se volvía loca viendo "Tango argentino" y una noche Copes le dio unos consejos y la hizo subir para bailar con él, ante el regocijo del público que no podía creer lo que estaban viendo.

Y Liza, esa artista enorme,  brillaba en la cúspide de su carrera.

Gracias a Tangocity podemos ver estos pasos de Juan Carlos y Liza, para la posteridad.