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viernes, 10 de agosto de 2012

El último fueye

Es realmente emocionante ver a Rodolfo Mederos tocar La cumparsita con estos seis ilustres maestros del bandoneón, ya retirados, pero que todavía conservan el alma llena de tango, y la sabiduría para pellizcarnos el cuore.

La escena pertenece al film: El último bandoneón, del año 2006 y está realizado por el Director venezolano Alejandro Saderman con evidente amor por el tango y sus protagonistas.

Desfilan en escena bailarines y músicos en un mismo tono épico que nos abraza a la pantalla porque es como si estuvieran en el club del barrio o en la milonga eterna que nos cobija.

Pero la escena en que Rodolfo Mederos convoca a seis sabios troesmas del fueye para que lo acompañen en la ejecución de La cumparsita, nos conmueve definitivamente.

Son nada menos que el Chula Clausi -que tocó con Arolas-, Marcos Madrigal, Luis Masturini, Miguel Mastrantuono, Luis Aníbal y Domingo Di Sanzo.

Unos fenómenos que hilaron la historia del tango y la fueron transmitiendo a sus sucesores. Está claro que si en el fútbol argentino no hubiesen existido un Moreno, un Pedernera, un Erico, un Pontoni, un Martino, un Sastre, no habrían surgido años más tarde un Maradona o un Messi.

Los maestros son quienes nos forjan, quienes enseñan y ejercen de modelos. Gracias a Gardel hubo tantos grandes cantores de tango en la Argentina.

Estos músicos que se pasaron la vida en los escenarios, tocando el bandoneón en las grandes orquestas típicas, se llevaron al menos este reconocimiento póstumo que nos estremece, cuando vemos como todavía, a sus edades, siguen conservando la magia de sus años jóvenes.

Algunos de ellos ya han fallecido, pero este documento fílmico los inmortaliza. Para suerte nuestra y del tango.





Aquí está mi orgullo de antes,  
Bandoneón de mi pasado 
Viejo amigo que he dejado
Para siempre en un rincón.
En la tarde evocadora
Tu teclado amarillento
Está mudo y ya no siento
Tu lenguaje rezongón. 













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